El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, confirmó ayer la celebración de contactos "a todos los niveles" y "no siempre públicos" con representantes de la Generalitat para "buscar un camino de salida" que evite la confrontación entre ambas administraciones. El Ejecutivo estaría dispuesto a aceptar todas las demandas que en abril del año pasado le hizo Carles Puigdemont a Mariano Rajoy en su encuentro en la Moncloa, pero no la de permitir un referéndum.

Estas reclamaciones atañen, sobre todo, a financiación e infraestructuras, pero Millo, en declaraciones a la televisión pública catalana (TV3), añadió que el Gobierno estaría valorando incluso la posibilidad de introducir cambios en la Constitución.

El delegado trató de inscribir esta tentativa de "diálogo" en el marco de la operación de acercamiento a Cataluña lanzada por Rajoy después de su investidura y que comanda la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Sin embargo, los contactos que Millo confirma -que también se mantienen con alcaldías y diputaciones- llegan tres días después de que el expresidente catalán Artur Mas dejara caer en una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid que "el Estado" aún puede hacer una propuesta para evitar el choque de trenes.

Mas habló de una vía "intermedia" (ni autonomía ni independencia) con un alto grado de descentralización; y no renunciando al referéndum, sino incluyendo esta tercera vía como una de las alternativas que se ofrecería a los catalanes en una consulta legal.

Millo, en cambio, dijo ayer que el Gobierno de Rajoy está "absolutamente volcado" en una operación para "diseñar entre todos un camino alternativo al de la colisión que supone convocar un referéndum". Y justificó el secretismo de los contactos porque a veces hacerlos públicos "dificulta la serenidad" y puede "condicionar el éxito del diálogo".

El delegado del Gobierno defendió la operación de acercamiento que los dirigentes secesionistas ridiculizan cada vez que los tribunales anulan una decisión del Parlament. "Cada semana hay presencia de miembros del Gobierno español en Cataluña que vienen a dialogar", expuso. No en vano la vicepresidenta Sáenz de Santamaría vuelve hoy a Barcelona, aunque para asistir a un acto sin contenido político.

No obstante, nada de lo dicho por Millo fue confirmado por el bando contrario. La Generalitat niega la mayor. La portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, desmintió que haya una "oferta de diálogo" por parte del Gobierno e insistió en que el Ejecutivo de Puigdemont pide una relación de "bilateralidad" que pasa por "sentarse y hablar de un referéndum". El propio president desmintió las revelaciones. "No hay ninguna negociación, ni privada ni oficial. Y créanme: nos gustaría". Además afirmó que las demandas que Rajoy acepta satisfacer ahora no son negociables, ya fueron pactadas entre administraciones y no pueden formar parte de ninguna oferta de diálogo.