El fin de los atentados de ETA hace cinco años ha dejado sin empleo a casi 4.000 escoltas, un colectivo que llegó a sumar 5.500 efectivos (según contabiliza la Asociación Española de Escoltas) y que este mes de noviembre ha visto cómo se despedían a los últimos 109 trabajadores que en el País Vasco y Navarra integraban el dispositivo de seguridad para hacer frente a la amenaza terrorista.