La juez Mercedes Alaya, que instruye el caso de los ERE fraudulentos, renovó ayer sus votos matrimoniales con su marido Jorge Castro en una ceremonia religiosa, a la que asistió vestida de novia, celebrada en la iglesia de San Alberto, dentro del conjunto del Oratorio de San Felipe Neri, en el casco histórico de Sevilla.

Los invitados a la ceremonia, que iban vestidos con pamela y chaqué, como es costumbre extendida en Sevilla en las ceremonias nupciales, llegaron a la iglesia antes de las doce del mediodía, hora en la que estaba prevista la ceremonia, si bien Mercedes Alaya no llegó hasta las 12.45, vestida con un modelo nupcial con mucho encaje, diseño de las modistas andaluzas Ángela y Adela.

La juez llegó en un vehículo de alta gama con cristales tintados y escoltada por dos agentes de paisano que iban en otro coche, por lo que la mayor parte de los fotógrafos y de las cámaras que la aguardaban se quedaron sin su imagen, ya que accedió al templo por la puerta de la Calle Estrella, una calle sin aceras, solo con bordillos, y de poco más de dos metros de ancha, lo justo para el vehículo. De hecho, al dar marcha atrás el coche golpeó en la rodilla a un fotógrafo de prensa y a un agente de la Policía Nacional.

Sólo cuatro motoristas de la Policía Nacional participaron en el operativo, junto a los dos agentes de paisano que escoltaban a la juez, uno de los cuales hubo de apartar a algunos fotógrafos para que Alaya pudiera abrir la puerta del coche y entrar en la iglesia.