La anunciada ayer por el presidente del Gobierno es la séptima de las remodelaciones ministeriales que efectúa desde que formó su primer Gobierno en 2004. Del grupo de ministros que aparecen en la foto de familia del primer ejecutivo socialistas tras la era Aznar sólo cuatro siguen sentándose a la mesa del Consejo de Ministros.

Se trata de la “todopoderosa” vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien también desempeña el ministerio de la Presidencia; la actual vicepresidenta económica, Elena Salgado, que ha atravesado las carteras de Sanidad y Administraciones Públicas; la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, que comenzó como ministra de Agricultura, y el “incombustible” responsable de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

Moratinos, que recibió desde el primer días críticas y chanzas de la oposición, es un diplomático de carrera con amplia experiencia internacional y durante años fue representante de la Unión Europea para Oriente Medio. Su presencia junto a Zapatero ha sido crucial para ayudar al Presidente a moverse con mayor soltura en aguas de gran calado en las que nunca se ha sentido cómodo. Sin embargo, sus maneras de diplomático no siempre han sido bien comprendidas y se le reclama un perfil de mayor dureza ejecutiva.

El primer cambio de Gobierno se produjo el 7 de abril del año 2006, con la salida de Defensa de José Bono, actual presidente del Congreso. Su cartera fue asumida por el ministro de Interior, José Antonio Alonso, remplazado por el hasta entonces portavoz parlamentario socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba. También fue relevada la ministra de Educación, Pilar Sansegundo, entrando Mercedes Cabrera.

Cambio en febrero

El último cambio ocurrió el pasado 23 de febrero, cuando José Luis Rodríguez Zapatero nombró para Justicia al gallego Francisco Caamaño en sustitución del dimitido Mariano Fernández Bermejo, caído a raíz de su cacería con el juez Garzón, instructor del caso de corrupción que salpica al Partido Popular.