Los países miembros de la Unión por el Mediterráneo (UPM) -los 27 de la Unión Europea (UE) más sus socios de las riberas sur y este de dicho mar- acordaron este martes en la ciudad francesa de Marsella, tras una difícil negociación, que la ciudad de Barcelona albergue el secretariado permanente de la organización.

"El reconocimiento de Barcelona como la gran ciudad del Mediterráneo es también el reconocimiento de España como gran país de Europa, que tiene el peso que estos 44 países, tan diversos, le han atribuido", ha declarado a los medios en Bruselas el secretario de Estado español para la UE, Diego López Garrido.

"Cuando nosotros estamos diciendo que España tiene que estar en la cumbre (del G-20) de Washington, no lo decimos porque nos parece que estéticamente es bueno que así sea, lo decimos con muchos argumentos y con mucha razón", ha enfatizado el responsable español.

"España es un país que tiene gran influencia en áreas del planeta no sólo de Europa, sino de América Latina, y ahora se ha visto que, de una forma muy determinante, también en el Mediterráneo".

López Garrido ha insistido en que España "ha sido reconocida como el país que va a ser el corazón, el impulsor de esa Unión por el Mediterráneo".

Ello, a su juicio, "también expresa la capacidad de España para poder argumentar y exigir estar en los foros internacionales que van a decidir los cambios en el sistema financiero, como es el caso de esa cumbre (en Washington) que iniciará una serie de reuniones" encaminadas a redefinir colectivamente la arquitectura financiera mundial.

En principio, el formato elegido para esta primera cumbre es el Grupo de los 20 (G-20) del que forman parte los siete países más industrializados del planeta más Rusia (G-8) y las principales economías emergentes.

Las gestiones diplomáticas españolas dirigidas a asegurarse la asistencia, pese a que España no es miembro del G-20, prosiguen "discretamente", ha indicado el secretario de Estado.

López Garrido ha dejado entrever que el próximo viernes podrían anunciarse novedades al término de la reunión informal que celebrarán en Bruselas los jefes de Estado o gobierno de la UE, en la que tienen previsto concertar una posición común europea de cara a la cita de Washington.

"El día 7 será un momento significativo" para la aspiración española, ha afirmado López Garrido, quien ha asegurado que los Veintisiete abordarán "todos los extremos" de los preparativos de la cumbre financiera, incluida la cuestión de la participación.

Para el representante español no representa un problema el hecho de que otros socios europeos, como Holanda o Polonia, quieran también estar presentes. "Todos tienen derecho a plantear sus reivindicaciones".

Pero la no asistencia de España, pese a haber superado ya en producto interior bruto a uno de los miembros del G-8 como Canadá, plantea "un problema formal" especial, ha dicho.