De esta manera, este proyecto se convierte en la quinta reforma autonómica apoyada por la Cámara Baja durante esta legislatura, tras las de la Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía y Baleares.

Tras el visto bueno del Congreso, que rechazó las enmiendas al texto que mantenían vivas Chunta Aragonesista (CHA), PNV, CiU, ERC e ICV, la reforma aragonesa deberá someterse a su último trámite parlamentario en el Senado.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, después del debate de la propuesta, expresó su "enhorabuena" a los aragoneses por este nuevo Estatuto que es "un instrumento más de progreso" para la comunidad autónoma.

La vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, durante su intervención en el Pleno, destacó que esta "excelente" reforma "diseña un marco muy potente para el desarrollo de la autonomía" de Aragón.

De la Vega manifestó, además, que contempla "un amplio y moderno elenco de derechos" y resaltó el "importantísimo acuerdo alcanzado en materia de agua".

En el mismo sentido se expresó el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, quien aseguró que a partir de ahora Aragón "ya no tendrá ninguna razón para sentir más complejos".

El diputado del PP Ángel Pintado, durante el debate, destacó el "valor del consenso" alcanzado en torno a esta propuesta, que se erige como una de las "grandes virtudes" de este proyecto, pero que no supone un "cheque en blanco" a la acción del Gobierno autonómico.

El PP espera, según Pintado, que este texto, que "huye del modelo intervencionista y cree en la libertad de los ciudadanos", contribuya "de forma neta a la armonía de las instituciones con todos los ciudadanos aragoneses".

El diputado socialista por Zaragoza Jesús Membrado defendió un texto que "apuesta por el futuro sin renunciar al pasado y pide más protagonismo de Aragón en España", en la línea del deseo de este territorio de conseguir una nación "democrática, descentralizada, abierta, europea y moderna".

Es un Estatuto, agregó, "de plena autonomía, de primer nivel y de máximo autogobierno", y por tanto, "refleja la expresión" del modo de ser de sus ciudadanos, "aragoneses y españoles, sin complejos", que se sienten "cómodos en España y Europa".

Membrado resaltó que se mejora el autogobierno con referencia expresa a 63 competencias exclusivas; amplía la relación de derechos y deberes; define una nueva realidad territorial, basada en las comarcas; establece una organización de la justicia más autonómica y eficiente, y regula una nueva relación con Europa, que permitirá, por ejemplo, solucionar el problema de la permeabilidad del Pirineo.

En sentido contrario se manifestó el diputado José Antonio Labordeta (CHA), quien rechazó el texto porque, a su juicio, "consolida los privilegios de otros territorios" y mantiene a Aragón en el "vagón de cola" al no garantizar derechos sí incluidos en otras reformas.

La diputada de IU Isaura Navarro insistió en que el texto nace del acuerdo "plural" de las Cortes que han pergeñado "el mejor texto posible", porque el texto perfecto "no existe", y "mira al futuro" respetando a la Constitución, pues "no aspira a ser demagogo ni oportunista".

Sí aspira a ser el Estatuto "de todos", no sólo "de una parte ni de mayoría", y es reflejo de la pluralidad de Aragón, a la que da, además, alternativas "reales" para su autogobierno, acordes con las necesidades ciudadanas, y es "realista", aseguró Navarro.

Por el PNV, Aitor Esteban mostró sus "reticencias" con la Disposición Adicional III (sobre los derechos históricos) al entender que éstos, según la Constitución, sólo se aplican a Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra, únicos que conservaron el derecho foral público tras la publicación de los Decretos de Nueva Planta.

Por su parte, el diputado de ERC Joan Tardá lamentó el maltrato que se da en el texto, a su juicio, al catalán, un aspecto en el que coincidió con el diputado de CiU Jordi Xuclá.

El diputado de CC Luis Mardones destacó "la armonía" que ha caracterizado a su juicio el trámite en el Congreso del texto.

A esta sesión plenaria asistió una amplia representación aragonesa, encabezada por el presidente de la comunidad, quien estuvo acompañado por el vicepresidente aragonés, José Ángel Biel, y el presidente de las Cortes aragonesas, Francisco Pina, así como los portavoces del PSOE, PP, IU y Partido Aragonés (PAR) en el Parlamento autonómico.