“A las seis de la tarde serán trasladados los restos de doña Concepción Arenal, desde el cementerio de Picacho, en que se hallan, al panteón que le construyó la ciudad de Vigo en la nueva necrópolis de Pereiró. Al participaros la celebración de este acto, os ruego tributéis un recuerdo a la insigne escritora, honra de Galicia y gloria de España, asistiendo al acto de traslación desde la calle de Llorente”.

Así se relataba en la crónica del día del miércoles 28 de agosto de 1912 de FARO el traslado de los restos de la ferrolana Concepción Arenal, sin duda, una de las figuras más ilustres de la historia de nuestro país, pionera del feminismo y nada menos que la primera mujer en España en acudir a la universidad, para lo que no dudó en vestirse de hombre. 

Concepeción Arenal, escritora y pionera del feminismo

Toda una activista que con sus actuaciones invocó los primeros movimientos de la revolución feminista en nuestro país. La ferrolana, que murió en Vigo a los 73 años en 1893, yace en Pereiró desde su inauguración, una de las necrópolis gallegas más importantes en las que historia y arte se conjugan a partes iguales. 

En sus fosas reposan muchos de sus personajes ilustres: políticos, empresarios y demás personalidades de la cultura viguesa que cambiaron el destino de la ciudad. 

El que es el camposanto público más grande de Vigo (ocupa 67.750 metros cuadrados) se inauguró en 1898 y fue obra del arquitecto Jenaro de La Fuente, vigués de adopción distinguido donde los haya. Su descanso eterno también se produce entre los pasillos que él mismo diseñó. Un escenario decorado por conjuntos monumentales, en el sentido estricto de la palabra.

Panteones llamativos como la escultura de Francisco Asorey encargada por la familia Gil y Sarabia (José Gil fue el primer gran realizador de cine gallego, con más de 140 películas). Dicho mausoleo recoge los restos de las tres hijas novicias del cineasta, fallecidas a causa de la tuberculosis. En el congelante y a la vez bello mausoleo se ve cómo la muerte, representada por un esqueleto, acecha sin piedad la figura de una mujer joven.

Otros panteones rinden homenaje a los represaliados de 1936, a los soldados repatriados de Cuba y Filipinas o a la Reconquista de Vigo.

También aquí descansa Bernardo González del Valle, más conocido como Cachamuíña. Sin duda, uno de los grandes artífices de la Reconquista.En realidad, su defunción data de 1842, pero sus cenizas fueron trasladadas, con honores, en agosto de 1932.

La lista es alargada y el espacio breve, pero además del coronel, en Pereiró descansan otros héroes locales. Son los casos de los conocidos empresarios y mecenas José García Barbón, fallecido en 1909, y su gran amigo Policarpo Sanz, muerto en 1889. Como la mayoría, tienen calles bautizadas con sus nombres en la ciudad. Antonio Sanjurjo Badía y Enrique Lorenzo, lo mismo. El primero, popular por sus capacidades inventivas y resolutivas en el campo de la mecánica. Y el segundo, fundador del histórico astillero Factorías Vulcano.

Pero hay más. En Pereiró también están soterrados los cuerpos de Ángel de Lema, fundador de FARO, y de su familia. El exministro José Elduayen, que, pese a ser madrileño, fue diputado durante tres décadas por Vigo y siempre fue un gran valedor de la ciudad. Quinocho, exjugador del Celta e ídolo deportivo, asesinado en 1988. Y un largo etcétera que completan los destacados Tomás Mirambell, Francisco Tapias Pascual, Isaac Fraga, José Barreras Massó, Bernardo Alfageme o Heraclio Botana.