Negociaciones tras el 23J

El PSOE busca un presidente del Congreso que tenga el visto bueno de los nacionalistas

La tercera autoridad del Estado deberá lidiar de nuevo con la polarización del hemiciclo

El hemiciclo del Congreso de los Diputados.

El hemiciclo del Congreso de los Diputados. / EFE

Sara González, Miguel Ángel Rodríguez

El PSOE busca candidato a la presidencia del Congreso. Después de que Meritxell Batet haya declinado repetir en el cargo, los socialistas tienen nueve días para cerrar otro nombre. Lo que en otras ocasiones ha sido más sencillo, se antoja esta vez especialmente difícil. No le vale cualquier perfil, sino que, para que prospere, el aspirante deberá contar con el visto bueno de los partidos nacionalistas con los que intenta negociar la mayoría de la Mesa del Congreso primero y la investidura de Pedro Sánchezdespués. La cuadratura del círculo va de la mano de este tipo de condicionantes no menores a la hora de escoger la tercera autoridad del Estado, que en esta legislatura deberá lidiar de nuevo con la polarización del hemiciclo y, también, tener sensibilidad plurinacional para ejercer de argamasa del bloque que apoye al Gobierno. El baile de nombres ha entrado ya en ebullición a la par que sigue la intensa interlocución para amarrar los apoyos de Sumar, ERCJunts, PNV, Bildu y BNG.

"Es evidente que quien presida el Congreso tiene que ser avalado por todos los actores que intervendrán en la votación", reconocen fuentes socialistas, que aseguran que en estos momentos no hay una propuesta en firme para relevar a Batet. Durante la campaña, la dirigente catalana ya había manifestado el agotamiento que había supuesto para ella la ardua tarea de gestionar la institución con una "crispación" que impregnaba la bancada de Vox, pero también la del PP. La primera incógnita que deberá despejarse es si, de nuevo, será un dirigente del PSC quien asuma la presidencia del Congreso. Sánchez tiene muy presente que los socialistas catalanes han sido clave con su contundente resultado el 23J para que la derecha no sume. Fuentes de la cúpula de Salvador Illa aseguran que lo importante es la investidura del líder del PSOE y no tanto la votación del día 17 de agosto para escoger quién lleva la batuta en la Cámara baja, pero tampoco renuncian a tener un peso institucional proporcional a su aportación.

¿Será del PSC?

Sin embargo, no es fácil para Ferraz hallar en las primeras espadas del PSC una alternativa a Batet que logre pasar el filtro de los independentistas catalanes. Uno de los posibles sería el ministro de Cultura en funciones y exlíder del partido, Miquel Iceta, pero se trata de un dirigente al que ya vetaron tanto ERC como Junts en mayo de 2019 -en plena campaña de las municipales y europeas- para ser presidente del Senado. "Sería una temeridad volverlo a intentar esta vez para la presidencia del Congreso porque la propuesta ya fracasó entonces", reconocen fuentes socialistas, que lamentan, sin embargo, que los partidos independentistas estén más dispuestos a que la presidencia de la Cámara sea antes para un dirigente de otro territorio que para un catalán que discrepa de su proyecto. El otro nombre barajable sería el de la ministra de Transportes en funciones, Raquel Sánchez, pero precisamente ERC promoció su reprobación hace tan solo tres meses por el caos de Rodalies.

Más allá del PSC, emerge de nuevo el eterno candidato a cargos de calado: el exlendakari Patxi López, hasta ahora portavoz del PSOE en el Congreso. Precisamente, el hecho de que el partido esté satisfecho por cómo ha desarrollado esa función en el último año tejiendo acuerdos para alcanzar la mayoría necesaria para impulsar la agenda legislativa de los socialistas puede ser un hándicap para optar por él. Pero precisamente se trata de un dirigente que se quedó con la miel en los labios en 2016, cuando entre enero y julio presidió la Cámara hasta la repetición electoral, tras la que fue la popular Ana Pastor quien asumió el mando de la institución. El interregno de López supuso que por primera vez el cargo no lo asumía el partido mayoritario en el hemiciclo, situación que podría repetirse ahora si el PSOE se sale con la suya.

Prioridad que sea mujer

Con la cuenta atrás ya en marcha, Sánchez puede optar también por otros nombres del partido capaces de representar la pluralidad en una legislatura en la que la alianza con los soberanistas será más determinante que nunca y en la que previsiblemente la reivindicación del uso del catalán, el euskera y el gallego en el hemiciclo tomará protagonismo. Es en este contexto, y también con el necesario equilibrio que deberá hacer el PSOE en el reparto de cargos entre sus federaciones, que pueden cotizar al alza dirigentes como la expresidenta balear Francina Armengol, que tiene las relaciones bien engrasadas con los nacionalistas. Los socialistas admiten que preferirían que la presidencia del Congreso fuera una mujer, puesto que la primera y la segunda autoridad del Estado ya estarán ocupadas por hombres.

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