Guadalupe Murillo, presidenta del Pontevedra Club de Fútbol quiso ser muy clara ayer en lo relativo a una posible vinculación del club que preside con el agresor de Mariano Rajoy y dijo que "el Pontevedra quiere desvincularse totalmente de este chico. Él no es socio del Pontevedra, tiene su problemática que todo el mundo la conoce ya ( actualmente se encontraba bajo tratamiento psicológico) y se ha metido en un grupo con ideas nacionalistas, independentistas y de izquierdas como hace unos días dijeron los propios miembros de Mocidade Granate".

La presidenta del equipo lerezano ha ido un paso más lejos a la hora de distanciarse con lo sucedido al añadir que "esta peña no es ni peña, porque al no tener carnet de peñistas no podemos considerarla como tal. Así que como ni Mocidade Granate es peña del Pontevedra ni el chico es socio del club, queremos que dejen de vincular a este chico y sus agresiones con el club. Tenemos el máximo interés en que se desvincule a la afición del Pontevedra con acciones como estas. Soy la primera defensora de que la afición de Pontevedra sea respetada en todas partes como gente normal".

Murillo se mostró tajante al afirmar que "nosotros no tenemos una peña ultra. Esto (Mocidade Granate) es un grupo de gente con unas ideas nacionalistas y de izquierdas, como se definen ellos y, unos son socios del Pontevedra, y otros no lo son, como es el caso de este chaval que además es conflictivo y problemático pero que aparte de con el Pontevedra también tendrá otro tipo de afinidades".

En cuanto a la relación que el club tiene con estos jóvenes aficionados del Pontevedra, con menos de un año de vida como colectivo de animación en el estadio Municipal de Pasarón, sostuvo que "yo puedo decir que a ellos les he ayudado cuando han sido normales y después me he apartado cuando entiendo que no se han comportado como corresponde que yo entiendo que debe ser el fútbol: un deporte. La política va aparte y nunca debe vincularse con el deporte".

Por último, la dirigente del equipo de Pasarón tachó lo sucedido en la tarde del miércoles como "algo lamentable y que no puede ocurrir nunca en una ciudad como Pontevedra" .