El ligero descenso de votos del PP en la ciudad de Pontevedra (en donde aún así crece en porcentaje ante la desaparición de la izquierda rupturista) no le impidió ganar claramente las elecciones autonómicas. Unos comicios en los que el BNG avanza con fuerza y se convierte en la segunda opción más votada, algo insólito en unas elecciones que no sean municipales en Pontevedra, en las que se presenta con la exitosa marca Lores. Por lo tanto, el resultado es histórico para los nacionalistas. El resto de la comarca es claramente "popular", dado que ganó en todos los concellos y en 10 de los 14 superó el 50% de los votos. Entre ellos, grandes núcleos como Marín, Poio, Caldas o Sanxenxo.