Si bien la escritura completa de mayor antigüedad del Archivo Histórico es una venta del siglo XIV, los documentos más primitivos son hojas de códices del IX. Se trata de pergaminos que cubrían otros documentos más recientes. Al ser más fuertes y estéticamente más bonitos fueron reutilizados y convertidos en las tapas de esa nueva documentación. Los técnicos del Archivo los recuperaron.