Segundo baño de masas de Mariano Rajoy en su provincia, Pontevedra. El expresidente del Gobierno intervino en un almuerzo-mitin celebrado en Sanguiñedo (Mos) para pedir un apoyo mayoritario al PP, que afronta el peligro de perder terreno en favor de las otras dos formaciones de centro-derecha, Ciudadanos y Vox. En su intervención, el exmandatario recalcó -como hiciera un día antes en la ciudad pontevedresa— que solo Pablo Casado está en condiciones de arrebatar el poder al PSOE. "Cualquier otro voto es un voto inútil, que divide, que no sirve para nada y un voto que evita el cambio", enfatizó.

Reaparecido nueve meses después de abandonar la presidencia del PP, Rajoy pronunció mensajes prácticamente idénticos a los lanzados el día antes: un alegato a ganar las elecciones "desde la moderación", "con sentido común" y sin plantear debates estériles y varias alusiones a concentrar el voto del centro-derecha, aprovechando la experiencia de gestión previa. "El PP la única garantía de una política económica solvente", mencionó en una ocasión. "Es seguridad, con nosotros no hay lugar a especulaciones. Es un voto para defender la Constitución", agregó a posteriori.

Hasta hubo lugar para uno de esos circunloquios que tan popular hicieron al expresidente en su época en activo. En referencia al partido, recalcó su capacidad para representar "a todos los españoles, sean quienes sean, quieran lo que quieran, vayan a donde vayan, siempre que vayan a donde quieran"

Frente a un millar de militantes y simpatizantes del PP de la comarca del Baixo Miño, el exjefe del Ejecutivo se remitió al panorama de 2011, cuando consiguió la mayoría absoluta que desalojó a José Luis Rodríguez Zapatero de La Moncloa. "No podemos olvidar lo que sufrió este país la última vez que gobernó el PSOE. Nos dejaron al borde la quiebra". Y lo mismo incurrió Rajoy a la hora garantizar la unidad territorial de España. Resaltó que fue el PP -aunque con el aval de socialistas y Ciudadanos- quien por "primera vez en la historia de España" se activó el artículo 155. "Por si alguien se olvida ahora de ello".

Ese bagaje al frente del timón del Gobierno es uno de los puntales que sostuvieron los discursos, tanto ayer como este sábado, de Ana Pastor y Mariano Rajoy. Esta vez, sin embargo, el candidato es Pablo Casado, que sin una gran experiencia de gestión previa sin embargo ha sido considerada "suficiente" por su antecesor al frente del PP. Rajoy volvió a considerarlo un hombre "joven" y "con gran ilusión" que constituye "la única opción real" frente al sanchismo.

Por último, Rajoy insistió en que su retirada de la política activa no conlleva el desinterés por la actualidad. Y recordó que su papel, con independencia de su protagonismo, será estará ligado al PP. "Para mí el PP es para siempre, y con mucho orgullo". El otro presidente popular reivindicado por Casado, José María Aznar, comunicó en 2016 su renuncia a ser presidente de honor de la organización, pese a que en los últimos tiempos su papel ha ganado peso.

"Te vamos a pedir que estés siempre"

Y lo mismo le solicitó Ana Pastor. "Te vamos a pedir que estés siempre". La expresidenta del Congreso, ahora candidata del PP a la Cámara Baja por Pontevedra, ensalzó que fue "un gallego" como Rajoy quien activó el 155 y quien impulsó desde el Gobierno la recuperación del empleo o una inversión millonaria en la llegada del AVE.

Por otro lado, Pastor comparó la implantación del PP en la provincia con el escaso conocimiento del resto de formaciones. Por ello, reclamó apoyo para los cabezas de lista que se han "dejado la piel" habiendo recorrido cada rincón de la Comunidad. "No saben dónde está Sanguiñeda; nunca fueron a Tui. Hay que votar a candidatos que conozcamos Galicia".