De los bailes agarrados del Malecón al rock and roll del Hanoi; del rollo punk del Black Ball al pijerío de No se lo digas a mamá; de la brisa marina del Persígueme a los amaneceres en Vanitas o Código... La lista es interminable para las noches más largas de una generación que se bebió Vigo. Aquí va una pequeña muestra.
El Vigo que quizá nunca conociste