Una lengua de arena de casi un kilómetro. Enfrente, Toralla; las Cíes, al fondo. Y un vasto pinar que junto a la desembocadura del Lagares hacían de esta playa un auténtico vergel.
El fuerte desarrollo de nuestra ciudad a principios del siglo XIX provocó la desaparición de las playas urbanas. Como consecuencia, Samil cobró todo el protagonismo.
Entre aquel arenal y el de hoy décadas y décadas de transformación que repasamos en imágenes.