Si en la mayoría de países europeos han sido los grandes clubes con millones de seguidores los que han dado el paso de saltar al parqué, en España será un modesto equipo recién ascendido hace sólo unos mese a Segunda División RFEF -la cuarta categoría del fútbol nacional- el primero en cotizar. Y todo por el empeño personal de un empresario alicantino, Salvador Martí, y de sus socios, que decidieron aprovechar la experiencia adquirida con el lanzamiento de su propia compañía -la tecnológica FacePhi, especialista en software de reconocimiento facial y presente en BME Growth y en Euronextpara demostrar que hay otra forma de gestionar los clubes deportivos y que el deporte puede ser una buena inversión.

De esta forma, tras la aprobación por parte de los actuales accionistas en la junta del pasado lunes, el Club de Fútbol Intercity debutará en el mercado en las próximas semanas mediante la fórmula del "listing"-es decir, sin ampliar capital inicialmente ni emitir nuevos títulos- con un valor de salida de 4,9 millones de euros y un objetivo muy ambicioso: llegar a Primera División en el menor plazo posible, según apunta Martí, que, no obstante, es consciente de que también dependerá de la "suerte y de si el balón entra en la portería".

El ansiado momento del toque de campana llega tras cuatro años de desarrollo del proyecto, en el que el Intercity ha logrado tres ascensos. "Veíamos que había muchos equipos que estaban sustentados por un mecenas que iba poniendo capital y el club crecía hasta que o bien el mecenas se cansaba de poner el dinero, o se le acababa y empezaban los problemas. Con la experiencia que teníamos con FacePhi, no entendíamos por qué nadie aprovechaba las herramientas que te da ser una empresa cotizada para conseguir una financiación alternativa, cuando hay muchos equipos que ya son sociedad anónima deportiva", explica el empresario.

Llegaron a consultar con BME si existía algún motivo que frenara estas salidas a bolsa -algo que, como es lógico, les negaron- y acabaron tomándoselo como un desafío. La intención inicial era crear un equipo desde cero -"es más complicado coger un equipo consolidado", asegura Salvador Martí, herculano "de toda la vida", como la mayoría de alicantinos-, pero se cruzó en su camino el Grupo Club Deportivo Sant Joan, entonces en Primera Regional.

"Apenas tenía masa social y sus gestores querían dejarlo. Pensamos que era la oportunidad", confiesa. Refundaron el equipo, le cambiaron los colores y empezaron su proyecto. Tenían claro que hasta que no alcanzaran Tercera División o la Segunda B no sería el momento de cotizar, por lo que trataron de acelerar el proceso en varias ocasiones con la compra de la plaza de otros equipos. Primero lo intentaron con el Novelda y, más adelante, quisieron hacerse con la plaza que dejó libre el Reus en Segunda B en 2019. En ninguna de las dos ocasiones tuvieron suerte.

Finalmente, han sido los éxitos deportivos los que les han permitido llegar a la categoría deseada, ahora rebautizada como Segunda División RFEF. Junto a Martí, entre los accionistas de referencia están su socio de FacePhi Javier Mira, Antonio García, el emprendedor Lorenzo Serratosa (Zonavalue), el exjugador del Atlético de Madrid Juanfran Torres o el presidente de la patronal alicantina, Perfecto Palacio. En total, el equipo cuenta con 325 accionistas, de los que muchos se sumaron durante la campaña de "equity crowdfunding" a través de la plataforma Fellow Funders.

Tras su salida al mercado mediante el sistema de "listing", el club tiene previsto acometer más adelante una ampliación de capital, cuando tenga claras cuáles serán sus necesidades económicas para la próxima temporada, algo en lo que todavía anda el sport manager del equipo, Quique Hernández, extécnico de conjuntos como Hércules, Elche, Albacete, Huesca, Numancia o Recreativo de Huelva.

En todo caso, Salvador Martí deja claro que el equipo seguirá registrando pérdidas hasta que alcance la Segunda División, cuando el propio reglamento de la competición obliga a los clubes a presentar unas finanzas saneadas. A partir de ese momento, el empresario está convencido de que un equipo de fútbol puede ser un negocio muy rentable, si se gestiona adecuadamente. También tiene claro que, como en todas las empresas, hay factores difíciles de controlar y que los accionistas deberán acostumbrarse a que el valor de sus títulos suba o baje cada lunes, en función del resultado de la semana. Pero, ¿cuánto vale un equipo de fútbol? Pues, según los cálculos de los responsables del Intercity, la cotización de un equipo de Segunda B debería rondar entre los 10 y los 15 millones; uno de Segunda, entre 30 y 40 millones; y el de uno de Primera, un mínimo de 100 millones. No obstante, también depende del número de seguidores que tenga el club o del merchandising que venda. El club alicantino, en cualquier caso, no se pone límites.