En un mundo cada vez más digital, cuya transformación tecnológica se ha visto acelerada por la crisis del Covid-19, adquirir ciertas habilidades TIC puede marcar la diferencia a la hora de acceder al mercado laboral. Y así lo han entendido los europeos que participaron en un estudio que encargó la tecnológica Red Hat a la empresa YouGov y Kantar Sifo para conocer qué nuevas competencias habían adquirido desde el inicio de la pandemia en países como España, Italia, Francia, Suecia, Alemania, y Reino Unido, y que los había llevado a formarse en ellas.

Según este estudio, de media el 5% de los europeos declaró haber optado por la programación informática o el desarrollo de software como nueva habilidad desde el brote de Covid-19 en 2020, y España fue el país que registró una mayor tasa de nuevos codificadores o programadores con un 10% formándose en este conocimiento TIC, seguido por Italia (8%), Francia (6%), Suecia (6%), Alemania (5%) y el Reino Unido (4%).

 El interés fue notablemente mayor entre los entrevistados de la Generación Z. De media, un 12% de los jóvenes entre 18 y 24 años decidió iniciarse en la programación informática en Europa. Los encuestados de la Generación Z en Italia y España se encuentran entre los que más codifican, con un 18% y un 14% respectivamente.

Mejora de las perspectivas profesionales

Una de las principales motivaciones para adquirir nuevas competencias ha sido la mejora de las perspectivas profesionales. El 43% de los entrevistados se formó en los últimos 10 meses para tener más oportunidades laborales, mientras que un 62% lo hizo para mejorar su bienestar mental o físico y un 53% como un pasatiempo o una pasión.

De todas las habilidades en las que se formaron los europeos, la programación informática (65%) es la que se eligió principalmente como una forma de encontrar mejores oportunidades laborales, junto con la de animación y diseño gráfico (65%). Los cursos de desarrollo personal (liderazgo y gestión) ocuparon el tercer lugar con un 64%, seguido por los cursos académicos (64%), hacer películas o editar vídeos (58%), y la formación en primeros auxilios (57%).

En cambio, en España, la programación ocupó el sexto lugar (66%). Con el objetivo de encontrar más posibilidades de trabajo, la mayoría de los españoles se formaron en animación o diseño gráfico (75%), desarrollo personal (liderazgo y gestión) (71%), hicieron cursos académicos 70% y de primeros auxilios (70%), así como de diseño (68%).

Esta iniciación en codificación y desarrollo de software se produce después de que la pandemia haya provocado un importante impulso de las industrias tecnológicas y digitales. En los últimos 10 meses, las empresas han digitalizado sus servicios a un ritmo y una escala nunca antes vistos, lo que ha provocado un aumento espectacular de empleadores que necesitan perfiles con competencias digitales. Según información de LinkedIn, los puestos de trabajo más demandados han sido los vinculados al desarrollo de software, la ingeniería, la ciencia de los datos y la inteligencia artificial.

No es necesaria una formación técnica previa

Iniciarse en la codificación y desarrollo de software no necesariamente implica tener una formación técnica previa. Según el estudio, el 76% de los entrevistados que habían elegido seguir codificación o desarrollo de software no tiene una titulación STEM y un 72% no había trabajado anteriormente en el sector tecnológico.

La mitad de los nuevos codificadores (50%) proceden de un sector laboral ajeno a la tecnología, frente a una quinta parte (18%) que trabajó anteriormente en tecnología o informática, mientras que el 4% no tiene experiencia laboral.

Tal y como muestra el estudio, la programación informática y el desarrollo de software se consideran habilidades importantes para encontrar un nuevo trabajo o desarrollar una carrera en el ámbito de la tecnología, pero es una habilidad que va más allá de las oportunidades profesionales. El estudio muestra que el 52% de los encuestados que aprenden a programar lo hacen por pura afición o pasión, y otro 44% afirma que lo hace para mejorar su bienestar mental y físico.

Los programadores informáticos movidos exclusivamente por la pasión por la tecnología no son nada nuevo. Las comunidades de código abierto siempre han prosperado gracias a la participación de aficionados o colaboradores voluntarios, muchos de los cuales no tienen necesariamente cualificaciones formales ni trabajan en la industria tecnológica.

El futuro es digital y, aunque existe una brecha en cuanto competencia digitales en toda Europa, es positivo ver que hay tanto interés en aprender a programar, sobre todo por parte de quienes no tienen formación técnica. Las iniciativas privadas y públicas son fundamentales para que los españoles puedan estar preparados para hacer frente a las nuevas necesidades del mercado.