El relevo que no llega ni de Pascuas a Ramos

La falta de mano de obra aprieta por Semana Santa a las panaderías, que tiran de horas extras para producir sus roscones

Muchas han cerrado al no encontrar personal, dejando el hueco que ocupan a los supermercados y las grandes superficies

El roncón de pascua aguanta el empuje del chocolate

Pedro Fernández

En el obrador de las panaderías viguesas de O Forno do Eifonso estos últimos días han sido un no parar. Las fechas lo exigen, sobre todo en la recta final de Semana Santa, y el trabajo se siente con fuerza pese a que estos tiempos ya no sean los que fueron. “Vendemos menos que antes”, dice Diego, su dueño, masa de roscón en mano. Serán unos 250 los que saquen por Pascua y la cifra se aleja bastante de los 1.000 que podían hacer décadas atrás. “Ahora la gente aprovecha más estas fiestas para viajar, ya no hay la tradición que había de regalar”, añade. Y lo que más triunfa, frente a la bollería, es el cacao.

Sin embargo, no es esta caída lo que preocupa a las pastelerías, confiterías y demás establecimientos del gremio. Todas las miradas están puestas en estos momentos en la falta de personal, que se exhibe en los carteles que ofrecen contrataciones en más de un local y se traduce en las horas extra que hacen los profesionales que siguen dando vida a la actividad, ante la imposibilidad de sus empresas de ampliar plantilla. “Hablas con más gente del gremio y todos están locos por encontrar personal”, indica Diego, asegurando que “es un trabajo del que los jóvenes escapan totalmente”.

Diego (izq.), preparando
sus últimos roscones
de Pascua en el obrador
de la viguesa O Forno
do Eifonso. // Alba Villar

Parte de las roscas preparadas en la panadería / Alba Villar

Al igual que él se pronuncia Delfín, propietario de las panaderías Barrio do Cura que, como las de su colega de sector, llevan años asentadas en la ciudad olívica. En su caso tampoco han podido reforzar su equipo incorporando nuevos empleados, lo que les ha llevado a trabajar muchas veces “al límite” y teniendo obligatoriamente que alargar su jornada laboral.

“Hay un problema muy grande para encontrar gente para trabajar. De hecho, nosotros ya recurrimos a personas que salen de las escuelas especializadas y tratamos de enseñarles la profesión, y aun así no hay gente. Es un problema muy, muy serio. Pero bueno, la falta de personal realmente viene porque no hay gente, no porque no haya formación”, remarca. Además de costarles más hacer frente a los picos de demanda que atienden, como tantos otros negocios de la zona, han tenido que lidiar con el encarecimiento de las materias primas que usan para elaborar dulces como los roscones. Alimentos que, como el aceite (+152%), el azúcar (+90%) o los huevos (+51,5%) se han encarecido significativamente en Galicia estos últimos cuatro años. Desde el COVID.

Menos, pero más calidad

La Asociación Provincial de Panadería y Pastelería de la Provincia de Pontevedra (Aproinppa) hace hincapié en que la falta de relevo generacional es una de las actuales preocupaciones del sector. Lo es, por un lado, porque esta problemática ha desembocado en el cierre de muchos establecimientos a lo largo de los últimos años, dejando un espacio que han ocupado los supermercados y las grandes superficies, pero también por la gigantesca tasa de abandono de las nuevas generaciones.

Así lo destaca en declaraciones a FARO el vicepresidente de la entidad, Santiago Rodríguez, explicando que cada año forman de 300 a 400 personas y solo acaban llegando al mercado laboral entre el 10% y el 15% del total. “Es algo que llevamos arrastrando desde hace 15 años porque las perspectivas y el enfoque que cada uno de nosotros quiere darle a su vida ha cambiado. A nadie le gusta tener que madrugar, los trabajos duros o tener que estar disponible y con mayor carga en los momentos del año en los que el resto está de fiesta”, agrega. Eso sí, quedan menos establecimientos pero más profesionales y especializados. “Más cualificados, más valorados, y que tienen un producto diferenciado de mucha calidad”.

Los panaderos

  1. Delfín, Barrio do cura

    "Hay un problema muy grande para encontrar trabajadores"

  2. Santiago, vicepresidente de Aproinppa

    “Es algo que llevamos arrastrando desde hace 15 años”

  3. Diego, O Forno do Eifonso

    “Hablas con más gente y todos están locos por contratar”

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