Innovación en el calzado: Pisadas de arroz, café y huevos

Nada se tira. Todo tiene una segunda vida. Es la máxima que tienen los fabricantes de componentes para el calzado. Un 20% de los materiales que usan son reciclados y procedentes de las fuentes más diversas e insospechadas. Las cáscaras de huevo, los posos de café, las cápsulas cafeteras, los pantalones vaqueros usados y rotos seguro que, para la mayoría, son residuos cuyo destino no es otro que el cubo de la basura.

Pero, con ellos, se pueden hacer suelas y adornos de zapatos, bolsos o hebillas para cinturones, entre otros muchos usos en la industria del calzado y la marroquinería. Incluso, los propios zapatos usados y viejos pueden tener un nuevo uso al transformarse en suelos para parques infantiles o campos de fútbol. 

Si hay algo que ha destacado en esta edición de Futurmoda, la Feria Internacional que se celebra en España de pieles, es que la mayoría de fabricantes ya apuestan por la sostenibilidad, al utilizar materiales reciclados. El espacio Green Planet ha sido una buena muestra de ello, exponiendo tejidos y suelas fabricados con café, algas, podas de palmeras, pieles de frutas, residuos agrícolas y hasta hongos, que son la alternativa a las materias primas tradicionales, y contaminantes, como la petrolífera.

"La gente cada vez está más concienciada con el verde, sobre todo piden componentes reciclados los fabricantes extranjeros de calzado, más concienciados con el respeto por el medio ambiente, como los alemanes o los suecos", señala Vanesa Alonso, de la empresa Analco.

Su compañía fabrica suelas y plantillas de zapatos a partir de cáscaras y paja de arroz y triturado de palmas de palmera. "Son materiales biodegradables que pueden ser reutilizados en nuestra producción, por lo que reducimos el CO₂ y contaminamos menos", y destaca la inversión que hacen los fabricantes de estos materiales para que tengan las mismas propiedades que los tradicionales y duren lo mismo. 

Suelos a partir de zapatos

Las algas posidonia que se acumulan en las playas también son un buen material para fabricar las gomas de las suelas de zapato, tras su secado y triturado. "Cuando utilizas un material reciclado lo que buscas es quitar un producto contaminante como el petróleo y usar lo que iba a ser un residuo", indica Francisco Rodríguez, de la empresa Synthelast.

Esta compañía fabrica material para suelas y, también, suelos para parques infantiles, gimnasios y alcorques a partir de zapatos usados, que tras triturarlos le dan el color deseado y la firmeza que se busca. 

"Craqueo biológico"

Las cáscaras de huevo son el último residuo en utilizarse para las "pisadas" que damos. Se puede emplear para las suelas. Lo sabe bien la coordinadora de I+D+i de Inescop. "Tenemos en marcha el craqueo biológico que consiste en que, a partir de residuos y usando determinados microorganismos que los degradan, somos capaces de crear nuevas materias primas, las que se usaron en el proceso de formación de, por ejemplo, un poliuretano", explica Paqui Arán.

Inescop también mantiene otras líneas de investigación para convertir restos de la industria del encurtido en fertilizantes o nuevo calzado a partir del usado. "Convertimos los residuos en nuevas fuentes de materias primas", destaca Arán.

Adornos "ecofriendly"

Unos preciosos adornos en forma de flor de unos zapatos de mujer llaman la atención de los visitantes de Futurmoda, que se sorprenden de su origen. Están hechos con cápsulas de café recicladas. Otros lazos son de pantalones usados, y también hay unos que adornan otros zapatos que se han elaborado con sacos de patatas.

El responsable de estos originales adornos es la empresa Antisa. "Cada vez se reclama más lo hecho con material reciclado», señala con convicción el fundador de esta empresa que creó hace 45 años, Antonio Gallego, y que hace un par de años decidió introducir estos materiales. "Usamos rafias y hasta latas de refresco para hacer adornos más rígidos, nos permiten mucha versatilidad", señala.

Es un granito de arena, porque luego en algunos países siguen contaminando mucho, como China, Rusia o India», lamenta Antonio Gallego.

Vestidos, cinturones, bolsos y hebillas de muchas firmas llevan ya su sello "ecofriendly".

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