Política monetaria

El BCE apunta a una recesión en la eurozona en la segunda mitad de 2023

La situación actual del sector bancario lo sitúa en "en buena forma para resistir golpes adversos", ha asegurado

El presidente del BCE, Luis de Guindos.

El presidente del BCE, Luis de Guindos. / EFE

Pablo Allendesalazar

Las malas perspectivas de la economía de la zona euro se confirman. El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha advertido este miércoles de que los indicadores adelantados apuntan a que la actividad en los países de la unión monetaria se contrajo en diciembre, "confirmando la posibilidad de una recesión técnica en la segunda mitad de 2023 y unas perspectivas débiles para el corto plazo". El PIB de la zona euro, así, ya cayó un 0,1% en el tercer trimestre del año pasado respecto a los tres meses anteriores, con lo que si acumula dos trimestres consecutivos a la baja habrá entrado oficialmente en recesión.

A mediados de diciembre, la autoridad monetaria de la zona euro presentó la revisión de sus previsiones económicas y calculó que la economía crecería un ligero 0,1% entre octubre y diciembre. De confirmarse que el PIB cayó en el cuarto trimestre, por tanto, la actividad se habría comportado aún peor de lo esperado por el BCE. La institución presidida por Christine Lagarde calculó entonces que el crecimiento sería del 0,6% en el conjunto de 2023 y del 0,8% en 2024, por debajo de lo que estimó en septiembre (0,7% y 1%).

Dicha revisión a la baja, explicó el BCE, se debió precisamente a que los datos del tercer trimestre y los adelantados estaban siendo más débiles de lo esperado, a lo que todo apunta que se ha sumado un deterioro adicional. "La evolución del crecimiento es decepcionante. La desaceleración de la actividad parece ser generalizada, con la construcción y la industria particularmente afectadas. Los servicios también se debilitarían en los próximos meses como resultado de una actividad más débil en el resto de la economía", ha advertido Guindos en el foro Spain Investors Day, en Madrid.

Signos de corrección

El mercado laboral, ha continuado el exministro de Economía, sigue siendo "particularmente resistente", con una tasa de paro del 6,4% en noviembre, en zona de mínimos históricos. Sin embargo, ha advertido de que se están empezando a ver los "primeros signos de corrección": las horas totales trabajadas registraron una pequeña caída en el tercer trimestre, la primera desde finales de 2020. Además, el peso de los puestos de trabajo vacantes sobre la suma de los puestos ocupados más los vacantes volvió a bajar ligeramente durante el verano, "lo que sugiere que el ajuste en curso del mercado laboral también podría afectar el número de puestos de trabajo".

En cuanto a la inflación, Guindos ha sido algo más positivo. El IPC de la zona euro, ha recordado, subió en diciembre al 2,9% desde el 2,4% de noviembre, pero era un alza "ampliamente esperada" debido a la retirada de algunas medidas de ayuda ante el encarecimiento de la energía y por efectos estadísticos de la comparación interanual. Lo importante, ha destacado, es que la inflación está muy lejos del pico del 10,6% de octubre de 2022 y del 8,6% de enero de 2023, además de que su bajada está registrándose en todos los componentes que forman la estadística de los precios. 

Sin embargo, el vicepresidente del BCE ha advertido de que las "altas presiones salariales, el resultado de las próximas negociaciones salariales y la intensificación de las tensiones geopolíticas añaden incertidumbre sobre la trayectoria futura de la inflación". Es probable, ha añadido, que la rápida caída del IPC registrada el año pasado se desacelere en 2024 y que incluso se detenga temporalmente a principios del ejercicio, como ocurrió en diciembre de 2023. El mercado espera que el BCE comience a bajar los tipos oficiales ante el frenazo de la economía, pero Guindos no ha dado pistas al respecto.