El comercio gallego intensifica su sangría con más de 1.000 nuevos cierres este año

Autónomos lamentan la liberalización de las rebajas y la falta de digitalización

Lanzan una iniciativa en distintos concellos para crear “apps” que visibilicen los negocios locales

Viandantes pasean frente a una de las tiendas de moda de Príncipe (Vigo).

Viandantes pasean frente a una de las tiendas de moda de Príncipe (Vigo). / J. Teniente

La imagen que irradian los principales corazones comerciales de Galicia dista mucho de aquella que latía décadas atrás. Un ejemplo son los humildes negocios que han desaparecido del dinámico mundo de la moda –zapaterías o mercerías casi extintas por completo, también modistas o sastres– y cómo su espacio ha sido ocupado por gigantes del textil como Inditex. Evidentemente nada tienen que ver, los modelos de consumo han cambiado y empresas como Zara han sabido adaptarse a las exigencias del público. Sus establecimientos escapan del concepto de “tienda convencional” y se han convertido en auténticas boutiques; superficies amplias y diáfanas, como el inmueble que posee en Príncipe (Vigo), en el que la ropa se expone como joyas de arte. Galerías que invitan a ver, probar, disfrutar… Y no estrictamente a comprar. Ya habrá tiempo de hacerlo sin cola por internet.

Los hábitos no son los que eran. La clientela es predominantemente nativa digital, cada vez más, y ello se refleja en el auge de las ventas online. Este es precisamente uno de los retos a los que se enfrenta el comercio gallego, que sigue perdiendo presencia sin ser capaz de revertir “la compleja situación que viene arrastrando durante los últimos 10 años”.

Así lo reconoce el presidente de UPTA, Eduardo Abad, que afirma que “es una situación que se prolonga en el tiempo y que no es casual”. Su organización, entidad que aúna a 34 organizaciones territoriales y sectoriales de autónomos en España, cifra en casi 100.000 los pequeños comercios que ha perdido el país desde 2013, y sitúa a Galicia como una de las mayores comunidades afectadas.

Solo este 2023 –a falta de obtener los datos de diciembre–, el territorio gallego ha visto cómo han desaparecido más de 1.000 comercios. Son exactamente 1.087 los trabajadores por cuenta propia vinculados a esta actividad los que se han dado de baja, constatándose la caída más abrupta en la cuesta de enero (-347) y con grandes recortes desde agosto hasta noviembre, por encima todos de los 100 comercios destruidos al mes.

¿A qué responde este recorte? A ojos de Abad se debe en parte a la liberalización de las rebajas, que dejaron de acotarse para determinados momentos del año con la entrada en vigor del Real Decreto-ley 20/2012, momento a partir del cual “vivimos en un estado permanente de descuentos”. Ejemplos de ello son el Black Friday y el Cyber Monday, o promociones tan sonadas como los famosos “Días sin IVA”. Sean efectivas las reducciones de precios o puro marketing, las grandes superficies acaban imponiendo sus reglas de mercado en todos los sectores –no solo moda; también electrónica, por ejemplo–. Ante ellas, los pequeños comercios poco pueden hacer.

“Más allá de las facilidades que se proporcionan a los grandes, nosotros tenemos que dar un paso al frente”

Eduardo Abad

Para más inri, cobra importancia la menor capacidad de estos últimos a la hora de resistir la inflación, el acelerón de costes que han sufrido este 2023 y el pasado 2022 los negocios más humildes en luz, alquileres y los propios productos que venden, como consecuencia del encarecimiento de las materias primas. Las subidas que se han visto obligados a trasladar a sus bienes finales, para así no ver reducidos sus márgenes y ser rentables, en muchos casos ha provocado una merma en el consumo, al cual tampoco han sabido llegar de la mejor manera posible por su “ínfima formación en digitalización”.

Abad hace autocrítica y hace hincapié en que los comerciantes son responsables de esta situación. “Más allá de las facilidades que se dan a los grandes, nosotros tenemos que dar un paso al frente”, remarca, y precisamente es lo que están haciendo desde UPTA con una nueva iniciativa que ya han llevado al concello de Vilagarcía de Arousa y que pronto presentará en Vigo y Pontevedra. En el marco del programa “Avanza Comercio”, el objetivo es que los ayuntamientos se comprometan a crear apps que aglutinen a todos los negocios locales “para así visibilizarlos”, poniendo en marcha en paralelo una cooperativa de transporte de última milla “para ser más accesibles”.

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