El 74% de las empresas de Galicia admite “desequilibrios de género” en sus plantillas

El Equipo de Igualdad de la Cátedra Ardán avisa de “cierto inmovilismo estructural” que está frenando los avances

Mujeres trabajando en una conservera en Galicia.

Mujeres trabajando en una conservera en Galicia. / Santos Álvarez

Julio Pérez

Julio Pérez

El Foro Económico Mundial elabora desde 2006 un informe anual para medir la brecha de género con su propia métrica: el Global Gender Gap Index. Permite conocer el grado de equilibrio entre hombres y mujeres a partir del análisis de la participación en la economía y las oportunidades generadas, los avances educativos, la salud y el protagonismo político. España se encuentra en el puesto 17 de 146 países con una puntuación general del 78,8%. Sus mejores notas están en salud (96,5%) y educación (99,8%). En la parte económica baja al 70,9% y en la cuestión política no llega ni al aprobado: 48,1%.

“Aun cuando la posición relativa de España es mejor que la media global y europea, es evidente el desequilibrio y, por lo tanto, la necesidad de seguir trabajando en favor de la igualdad”, apuntan las integrantes del Equipo de Igualdad de la Cátedra Ardán de la Universidad de Vigo y la Zona Franca en el preámbulo de su evaluación anual de la situación entre las empresas gallegas. ¿Y cómo está el panorama? El 74,4% admite “desequilibrios de género” en su organización, que achacan, sobre todo, a “las características de la actividad y el hecho de que solo se presenten candidatos de un género”.

Sectores masculinizados

Esa percepción de desequilibrio es “significativamente mayor” cuando la empresa pertenece a un sector masculinizado, mientras que en las compañías sin sesgo de género la opinión más frecuente es que el problema no existe. En los primeros se encuentran actividades como el naval, la industria auxiliar, automoción, madera y muebles y construcción, mientras que en el otro grupo destacan la salud y la asistencia social, artículos de consumo, textil y confección y servicios profesionales. Curiosamente, las empresas de productos químicos y derivados, que tienen “una distribución bastante equilibrada” de mujeres y hombres en su plantilla, también se ven como un sector con claro predominio de trabajadores.

Otro argumento habitual en las respuestas de las 469 encuestas directas a empresas gallegas (solo 20 de ellas de menos de 10 asalariados) se vincula a la formación, que hay pocas alumnas en las titulaciones técnicas; y “aunque en menor medida, se siguen considerando las diferentes condiciones físicas de hombres y mujeres”. Esta es la respuesta que uno de los responsables de una firma del sector agroalimentario da: “En realidad es indiferente el género de la persona, pero la actividad física para desempeñar el trabajo al tener que estar moviendo cajas hace la situación un tanto especial”. Otro directivo en el sector de productos químicos y derivados contesta algo parecido: “Algunos puestos de fabricación precisan más fuerza bruta, por lo que es más fácil encajar con hombres”.

Funciones y responsabilidad

Como en ediciones anteriores del análisis, el Equipo de Igualdad de la Cátedra Ardán observa una mayor presencia de hombres en los departamentos de I+D+i y en Comercial y Marketing y, aunque con menos diferencias, las mujeres sobresalen en Recursos Humanos y en las tareas económico-administrativas. Tampoco cambia la clara “infrarrepresentación de mujeres en los niveles jerárquicos más altos”. Ellos copan el 65% de los puestos del equipo directivo y el 64% en mandos intermedios. Consecuencia del desequilibrio de responsabilidad, las diferencias campan a sus anchas en los salarios. Casi ocho de cada diez sueldos superiores a 25.000 euros en jornadas completas van para hombres. Solo el 23% de los de más de 50.000 euros son para mujeres.

Con esta realidad, ¿cómo valoran las empresas gallegas la igualdad? En un baremo de 1 a 7, puntúan con un 5,8 la situación en sus respectivas plantillas, exactamente la misma evaluación de los años 2021 y 2022. Suben al 6,1 ante la consideración de la igualdad como un factor de satisfacción laboral y bajan al 5,3 cuestionados por la importancia que creen que el personal da a las políticas y actuaciones de igualdad en el trabajo. ¿Qué importancia considera que la alta dirección de su empresa otorga a este tipo de medidas? Nota: 5,7.

¿Un parón?

En los últimos seis años, el informe incorpora un índice de igualdad de género en el trabajo elaborado a partir de la información sobre cargos directivos, tipos de contratos y retribuciones, promoción interna, formación o la propia evaluación interna en las empresas. En un máximo de 1.000 puntos, las empresas sondeadas se quedan en 445. Las expertas hablan claramente de un “estancamiento”, que “no solo atribuimos ya a razones meramente coyunturales, sino a cierto inmovilismo estructural que puede esar frenando el progreso empresarial en igualdad”.

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65% hombres en cargos directivos e intermedios

Son mayoría en la parte alta de la jerarquía. De ahí que las mujeres solo supongan el 23% de los salarios más elevados.

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