Vigo también ilumina bajo el mar

Schmidt Ocean Institute descubre, a bordo del ocenográfico “Falkor too” construido en Freire, arrecifes de coral y montañas submarinas en las islas Galápagos

Lara Graña

Lara Graña

Hasta febrero de 2021, el Polar Queen fue un buque offshore que participó, entre otros muchos encargos, en el tendido submarino de tuberías para Petrobras o la puesta en marcha del parque eólico alemán Nordsee One. Fue diseñado para eso, con tecnología para posicionamiento dinámico y capaz de operar en condiciones climáticas severas. A su modo, nunca le han sido ajenos los secretos del fondo del mar. Solo que ahora los descubre de otro modo, tras haber sido reconvertido en Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipayard, el mismo astillero que lo construyó en 2010) para trabajar como buque de investigación oceanográfica. Se llama Falkor Too, es propiedad de la Schmidt Ocean Institute –de Eric, exCEO de Google, y Wendy Schmidt–, es el único a nivel mundial que opera con carácter filantrópico y ya enseña sus hallazgos. Arrecifes de coral desconocidos, respiraderos hidrotermales, especies sin nombre y hasta una trituradora de falsos mitos: los pulpos no son siempre ejemplares solitarios. Ojos de un nuevo mundo, luces de Vigo bajo el mar.

El equipo de Schmidt Ocean acaba de finalizar una campaña de treinta días en las Galápagos. Allí descubrió dos arrecifes de coral de hasta 800 metros de largo y con miles de años de antigüedad. Un hallazgo que, expone el director del parque nacional de este archipiélago, Danny Rueda Córdova, “proporciona una base sólida para la toma de decisiones que proteja eficazmente estos ecosistemas”. Con el Falkor Too –110 metros de eslora y 20 de manga– como estación base, los científicos exploran las profundidades del océano gracias al ROV (remoted operated vehicle, un robot manejado desde el barco) bautizado como SuBastian. Casi todo en esta fundación de los Schimdt recuerda a la más emblemática creación del alemán Michael Ende, La historia interminable (1979): Falkor (Fújur en el libro original) es el entrañable dragón blanco de la suerte, compañero fiel del pequeño héroe Atreyu; Bastian es el ávido lector, que irrumpe en la historia como un protagonista más del reino de Fantasía.

Poco distan los hallazgos del Falkor Too de lo que, a su modo, imaginó Ende. Como el de un vivero de pulpos frente a las costas de Costa Rica, conocido como Dorado Outcrop, con docenas de especímenes agrupados aprovechando una especie de spa natural –respiraderos hidrotermales– para incubar sus huevos. El equipo de esta expedición, dirigida por los doctores Beth Orcutt (Bigelow Laboratory for Ocean Sciences) y Jorge Cortés (Universidad de Costa Rica), creen que esta variedad de pulpo de aguas profundas (o Muusoctopus) captada por SuBastian nunca había sido detectada hasta ahora. “Los científicos han podido refutar que ese área sea inhóspita para el desarrollo de crías”, ha destacado el Instituto. “El descubrimiento de un nuevo vivero activo de pulpos a más de 2.800 metros bajo la superficie del mar demuestra que todavía hay mucho que aprender sobre nuestro océano. Las profundidades marinas están al límite de la imaginación humana”, constata la directora ejecutiva de la institución, Jyotika Virmani.

Pulpos y gambas

Pulpos y gambas. / Schmidt Ocean Institute

Calamares fresa y grimaldi, peces con tres pies, tiburones fantasma, decenas de nuevas especies de corales, sepias de ojos azules o una manifestación de cangrejos blancos. Una fantasía al alcance del público.

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