La resolución provisional del Perte Naval deja más del 80% de los fondos en el aire

El Gobierno situó al naval a la altura de la automoción, las energías renovables o la salud en su hoja de ruta para reinventar el tejido productivo a cargo de los fondos europeos. Es un sector “estratégico” para el fortalecimiento de la industria y la generación de empleo de alta calidad, “tanto por su contribución directa a la economía como por ser un pilar fundamental para el desarrollo de otras actividades como el transporte de mercancías, el aprovechamiento de recursos de origen marino o el turismo”, justifica la administración estatal en la presentación del proyecto estratégico para la recuperación y la transformación económica (Perte) dedicado a la actividad. Su dotación pública supera los 300 millones de euros, con el objetivo de movilizar otros 1.150 millones de inversión privada. Pero la resolución provisional se queda lejísimos de agotar los recursos previstos.

Las solicitudes estimadas de momento engloban 40 proyectos en los que participan 73 empresas que recibirán en total 56,2 millones de euros. El 81,9% del presupuesto queda en el aire. La empresa pública Navantia, junto con Pymar, y Marina Barcelona 92, firma catalana de reparación de superyates, lideran las iniciativas tractoras seleccionadas. El Ministerio de Industria considera que el Perte “contribuirá a la modernización” del naval en España, “incrementando su competitividad en alrededor de un 15% y una tasa de crecimiento anual del 9% para el sector”. Calcula que se crearán casi 3.100 empleos, “principalmente en regiones periféricas, contribuyendo así a la política de reto demográfico”. “Estos datos confirman que el modelo de colaboración público-privada de los Perte funciona para atraer proyectos de transformación industrial en el sector naval”, apunta Héctor Gómez, ministro en funciones, que también destaca el protagonismo de las pymes.

Las que están detrás de los dos expedientes son todavía una incógnita. Cada iniciativa tractora agrupa varios proyectos, pero ninguna de las dos seleccionadas ha conseguido toda la subvención pedida. Navantia concurría con Inncodis, “un ecosistema industrial innovador para un sector naval competitivo, diversificado y sostenible”. El presupuesto financiable, según figura en la resolución, alcanzaba los 101,4 millones de euros y la ayuda será de 48,5 millones.

Junto con Pymar, la candidatura era mucho más ambiciosa: 41 proyectos de carácter primario con 95 empresas y una inversión global de 219 millones de euros para llegar hasta el tope de ayudas públicas, por encima de 100 millones. Como ellos mismos adelantaron hace unos meses, el proyecto general busca “la interconexión tecnológica intersectorial en toda la cadena de valor del sector naval”, desde la investigación al el desarrollo de prototipos de equipos y componentes. Navantia prefirió ayer no hacer ninguna valoración ni detallar las empresas acompañantes hasta revisar a fondo la resolución, a la que se pueden presentar alegaciones.

Otras dos solicitudes se quedaron fuera por no cumplir con los criterios del Perte. El Sail2Future encabezado por Reparaciones Navales Canarias para llevar las energías renovables al transporte marítimo; y el Tecnaval 2025, “proyecto integrador del tejido industrial naval para alcanzar la diversificación, la digitalización y la sostenibilidad a través de la tecnología”. Este último tenía como promotor de referencia a Soermar, el Centro Tecnológico de los Astilleros Medianos y Pequeños, e iba de la mano con, entre otros, el clúster del naval en Galicia (Aclunaga) y Asime, la patronal del metal de la comunidad. Reunía 12 proyectos y 26 empresas con 20 millones de inversión posible, 13 de ellos subvencionables. Pero la resolución subraya que la cantidad susceptible de recibir ayudas es realmente inferior a 10 millones, el mínimo necesario para participar.

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