Divisas antiguas

¿Te acuerdas de las pesetas que entregaste en el Banco de España? Hacienda las ha convertido en chatarra y las vende por 20 millones

La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre lanza una subasta para desprenderse de más de 360 toneladas de chatarra de las monedas recogidas entre 2021 y 2022

Los metales son idóneos para la construcción de hélices de barcos o de barriles de cerveza

¿Te acuerdas de las pesetas que entregaste en el Banco de España? Hacienda las ha convertido en chatarra y las vende por 20 millones

PI Studio

Gabriel Santamarina

Las antiguas pesetas que los ciudadanos entregaron en el Banco de España acabarán convertidas en barriles de cerveza o hélices de barcoLa Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, dependiente del Ministerio de Hacienda, ha decidido sacar a subasta todas las recaudadas durante 2021 y 2022. Pero, no en forma de moneda, sino de chatarra. Concretamente, nada más y nada menos que 360.180 kilos, según ha podido corroborar EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, en el Portal de Contratación del Estado. El proceso de venta será online y se adjudicará al mejor postor, pero nada de pujas en alto, como en las películas, será en sobre cerrado: los interesados enviarán su propuesta económica de forma telemática y la más alta será la escogida.

Esta subasta, tal y como confirman fuentes de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, es una minucia, en comparación con "la gran desmonetización que supuso la llegada del euro, entre 2002 y 2003, donde se trataron 6.603 millones de monedas, cuyo peso conjunto sobrepasaba las 30.400 toneladas". La entidad no realiza este tipo de procesos de forma periódica: el Banco de España recoge monedas y, cuando se alcanzan volúmenes considerables, se destruyen y se subasta el metal resultante.

Nueve lotes y casi 20 millones de euros

Para hacerse con la chatarra de pesetas (y algún euro) hay que rascarse el bolsillo. El presupuesto base de la licitación, sin sumar impuestos, es de 19,13 millones de euros y el valor que dan al contrato desde la Real Casa de la Moneda son más de 21 millones.

Sin embargo, con la intención de que el desembolso no sea tan alto, el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda ha dividido la chatarra en nueve subastas. Los tres primeros lotes son de más de nueve toneladas, cada uno, son de plata de 925 milésimas. El paquete más grande, de 134 toneladas, es de lunifal, una aleación de níquel, hierro, aluminio, cobre y manganeso. Por otro lado, aunque hay un lote de oro de 74 toneladas, no reluce porque es oro nórdico, una aleación de cobre, aluminio, zinc y estaño, material utilizado para monedas como las actuales de 50 céntimas. Además de estas, salen al mercado una buena cantidad de kilos de aluminio, acero recubierto y cupro-niquel.

¿Quiénes pueden ser los interesados por estas subastas? Desde la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre explican que el aluminio de las monedas de una peseta se pueden utilizar para hacer barriles de cerveza, por ejemplo; el cupro-níquel puede emplearse para hacer nuevas monedas, tuberías o en la industria del automóvil; el bronce con aluminio, de las 50 o 100 pesetas, se ha empleado en la construcción de hélices de grandes barcos; el aluminio con magnesio en la industria alimentaria, industria auxiliar del automóvil y construcción; y la plata de 925 milésimas en circuitos electrónicos de la industria o, en cosas más mundanas, como la elaboración de cuberterías o medallas.

Difícil operativa para el comprador

Deberá ser el adjudicatario el que pase a recoger su compra en la Comunidad de Madrid porque la Real Casa de la Moneda no hace envíos a domicilio. El adjudicatario tendrá que pasar a recogerlo y no tendrá derecho a demorarse en la recogida porque, después de 30 días para organizar el traslado, cada día de retraso, supondrá una penalización de 1.500 euros. También exige disponer de un camión "tipo tráiler, con carga trasera, altura de la caja entre 1 y 1,20 metros, sin plataforma de carga elevadora trasera o bien escamoteable bajo el camión"; sin superar cada viaje las 24 toneladas. Esto quiere decir que, para recoger el lote más pesado, son necesarios, como mínimo, seis tráileres.

Según los pliegos, la entidad entregará las monedas "laminadas y desmonetizadas" sin embolsar y dentro de bidones, cada uno de 585 kilos. Lo que sí podrá hacer el comprador es asegurarse de que la mercancía en de buena calidad. Siempre avisando "con la suficiente antelación", la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre le prestará una báscula calibrada en la que podrá realizar un muestreo del 3% del material.

No podrá comprar cualquiera uno de estos lotes de chatarra: si es una empresa la que quiere hacerlo, deberá tener un volumen de negocio anual que supere el medio millón de euros y deberá acreditarlo con sus cuentas del Registro Mercantil. En caso de que el comprador sea un autónomo, deberá abrir sus libros de inventarios y, también, presentar sus cuentas anuales.

Si surge algún interesado, quedan 63 días para presentar una oferta por alguno de los lotes, hasta el próximo 9 de septiembre. Aunque cuidado, no se debe dejar de vigilar la cotización de los metales que, si suben o bajan, la oferta puede quedar desactualizada, por alta o por baja.