ArcelorMittal afronta una semana clave bajo la amenaza de la conflictividad

CCOO mantiene la huelga para el lunes, pero los comités asturianos ven margen para la negociación y esperarán al 2 de mayo para llamar al paro

El horno alto A de Gijón, tras el siniestro de marzo.

El horno alto A de Gijón, tras el siniestro de marzo. / Ángel González

Javier Cuartas

La compañía siderúrgica ArcelorMittal afrontará una semana crítica para evitar la conflictividad en sus instalaciones asturianas. La sección sindical de CC OO ratificó ayer la convocatoria en solitario del primer paro de 24 horas para el lunes, con llamamiento a la concentración de trabajadores a las puertas de las factorías de Avilés y Gijón para exigir a la dirección que se acerque a las demandas sindicales en el octavo acuerdo marco, incluido el convenio colectivo, y que afecta al conjunto de la plantilla de la multinacional en España.

Por el contrario, las comités laborales de las factorías de Avilés y Gijón y del parque de carbones de Aboño decidieron ayer por mayoría dar un margen de siete días a la empresa y mantener su propio calendario, con paros convocados el pasado día 13 para el mes de mayo si antes de que finalice la próxima semana no hubiese entendimiento.

Los tres comités laborales de Asturias señalaron ayer que "no dan por rotas las negociaciones del octavo acuerdo marco" y que, solo en el caso de que abril finalice sin pacto, se pondrá en marcha el calendario de paros de dos horas en diversos turnos a partir del día 2 y hasta el 25 de mayo.

A diferencia de lo ocurrido en las plantas de Asturias, donde solo CC OO llama a la huelga de pasado mañana, en Sagunto el comité de empresa aprobó con el apoyo unánime de las secciones sindicales de CC OO, UGT, CGT y Asociación de Cuadros un paro de cuatro horas en cada uno de los tres turnos de trabajo este lunes. La decisión fue ratificada por la asamblea de trabajadores.

De entrar en una espiral ascendente, la conflictividad llega en un momento muy delicado, cuando aún se está pendiente de decisión por la multinacional la inversión de más de 1.000 millones de euros para la descarbonización parcial de la factoría de Gijón, primer paso de futuras actuaciones para garantizar un proceso siderúrgico sin emisiones de CO2.. La cuantiosa inversión en la descarbonización del proceso fabril es condición para que las plantas puedan eludir el coste elevado y quizá disuasorio que va entrañar producir acero en Europa una vez que la Unión Europea ha determinado la supresión progresiva desde 2026 de los derechos gratuitos de emisión que reciben las empresas intensivas en carbono y con riesgo de deslocalización fabril. Los créditos gratuitos desaparecerán en la UE en 2034.

A su vez, la tensión entre trabajadores y empresa se produce cuando uno de los hornos altos de Asturias está parado y pendiente de reparación.

Empresa y sindicatos alcanzaron un pacto por unanimidad el martes sobre cuestiones laborales específicas de las plantas de Asturias, pero este acuerdo está supeditado que también haya entendimiento en el acuerdo marco y convenio colectivo para el conjunto de las instalaciones españolas. Anteayer, y tras un año de negociaciones, la empresa mejoró su propuesta, pero fue juzgada como "insuficiente" por todos los sindicatos, aunque UGT apreció "positivamente" el movimiento de la dirección.

El horno alto incendiado no quedará totalmente expedito hasta mayo

El horno alto A de ArcelorMittal en Gijón, incendiado el pasado 22 de marzo, difícilmente podrá reabrir en mayo y quizá tampoco este semestre. Las tareas de limpieza para acceder a su interior persisten y aún se prolongarán al menos una semana y media más, lo que supondrá entrar en el mes de mayo sin haber dejado expedita la instalación. La compañía alcanzó el día 11 un acuerdo con CC OO, UGT y USO por la que se aprobó un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por fuerza mayor que tendrá una duración de seis meses (entre el 1 de abril y el 1 de octubre), aunque modulable en función de cuánto dure la reparación. El ERTE, que ha sido aprobado por la autoridad laboral, afectará a un máximo de 5.700 trabajadores en las plantas de Asturias y en aquellas otras dependientes de las acerías de Avilés y Gijón de los 7.000 empleados que forman la plantilla.

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