La ola de despidos en tecnológicas frena la “guerra del talento” para las TICs gallegas

El sector en la comunidad, que en 2022 contrató a casi 1.300 personas, empieza a recibir currículums de los afectados por los ajustes masivos de grandes corporaciones

Interior de uno de los almacenes de Amazon.

Interior de uno de los almacenes de Amazon. / FERRAN NADEU

Julio Pérez

Julio Pérez

En el correo remitido a la plantilla el 5 de enero con la confirmación de que Amazon mandará a la calle a unas 18.000 personas entre las salidas del pasado año y las previstas ahora en una nueva tanda, su CEO, Andy Jassy, justifica el recorte de aproximadamente el 6% de los puestos de trabajo por la salud “a largo plazo” del negocio. La habitual revisión de empleo e inversiones que el gigante del comercio realiza a comienzos de cada ejercicio “ha sido más difícil dada la incertidumbre económica” y el intenso ritmo de contratación hasta ahora. “Las empresas que duran mucho tiempo pasan por distintas fases –argumenta en la carta–. No están en modo expansión fuerte de personal todos los años”. A esos mismos argumentos se aferran prácticamente todas las grandes corporaciones tecnológicas inmersas en la ola de ceses. Van 88.132 despidos en casi 300 compañías en todo el mundo en las apenas cinco semanas trascurridas de este 2023, a los que hay que sumar otros 159.766 de 1.042 empresas en 2022, según los datos recopilados por la web Layoffs.fyi, creada exclusivamente para medir el impacto de este fenómeno global.

“Las subidas de tipos de interés han afectado fuertemente a las empresas tecnológicas”, explica Antonio Rodríguez del Corral, presidente del Clúster TIC Galicia. Especialmente, a las corporaciones norteamericanas. Su índice bursátil, el Nasdaq, sacó pecho frente a los números rojos de los mercados del resto del mundo durante la crisis del COVID-19 por el acelerón que la pandemia supuso para la digitalización. Ahora, su valoración está en tela de juicio, penalizada por la perspectiva real de beneficios a futuro por la ralentización económica y el cierre del grifo de la liquidez barata que tanto alimentó la expansión de las startups. Curiosamente, en esta otra esquina del planeta, “esto no ha sido malo porque la guerra por el talento se ha frenado un poquito”, apunta Rodríguez del Corral.

Las firmas de programación, consultoría y otras actividades vinculadas con la informática acumulan 12 años consecutivos aumentando su cuadro de personal en Galicia. Dieron trabajo a una media de 14.100 personas el año pasado tras contratar a casi 1.300 personas, un alza del 9,7%, según los últimos datos de la Seguridad Social. En comparación con las cifras anteriores a la pandemia, el empleo en el sector creció un 25% (2.820); y en los últimos diez años casi se triplicó con la incorporación de 8.200 efectivos. El segmento de las telecomunicaciones lleva también tres años en expansión y tiene cerca de 3.700 cotizantes; y los servicios de información, donde se engloban, entre otros, los puestos para procesamiento de datos, hosting y portales web, supera por primera vez las 1.000 altas de trabajadores.

El sector TIC en Galicia no es inmune al cambio de ciclo en la economía, a la espera de ver una posible revitalización a mediados de año, “pero el proceso de digitalización sigue y, con él, una fuerte demanda de ocupación, se sigue contratando”, indica el presidente del clúster en Galicia. “Va a haber crecimiento en 2023, seguro”, insiste. Como ya adelantó FARO hace unas semanas, las empresas de las tecnologías de la información y la comunicación asentadas en la comunidad prevén un incremento “de entre el 10% y el 20%” del negocio y las vacantes por cubrir “van del 8% al 10%”.

Las grandes tecnológicas estaban contratando mucho, pero también esas startups financiadas por el capital riesgo. Y eso provocaba un efecto cadena: cuando se agotaban los empleados de EEUU, saltaron a Europa”, describe Rodríguez del Corral. Cualquier autónomo con buen nivel de inglés podía formar parte del entramado de las grandes corporaciones internacionales, calentando el mercado de fichajes en la tecnología “a condiciones estratosféricas”. “Eso se frena –añade el líder de las TICs gallegas–. Yo mismo desde principios de año recibí ya varios currículums de polacos, ucranianos, belgas... Las empresas para las que trabajaba esa gente nos robaban empleados a todos”.

“Con la apuesta por el teletrabajo y la flexibilidad laboral a partir del COVID-19, tú puedes contratar desde Vigo a alguien que trabaja en Barcelona o Madrid. Eso tenía también un peligro añadido: a las multinacionales también les permite la captación de ese mismo talento”, explica Jorge Cebreiros, presidente de la CEP y empresario del sector. “Hay un ajuste en el ámbito tecnológico, fundamentalmente en grandes empresas, pero en el resto estamos viendo una demanda de puestos de trabajo”, asegura, con la previsión también de que en el caso concreto del negocio de las TICs gallegas se vuelva a crecer “a doble dígito”.

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Más de la mitad de los españoles, el 54%, se plantea cambiar de trabajo este año, según un estudio de Linkedin realizado entre casi 1.100 trabajadores. La red social de profesionales señala que la incertidumbre económica ha generado un cambio social, económico y laboral que ha derivado “en una mayor exigencia por parte de los profesionales en cuanto a las condiciones y beneficios de sus puestos de trabajo”.

El 34% de los trabajadores afirma que se siente más seguro de dejar su puesto actual para afrontar nuevos retos y el 56% confía en sus habilidades a la hora de conseguir otro empleo. Según Linkedin, a medida que se dispara el coste de la vida, los profesionales buscan más estabilidad financiera y nuevos roles que les ofrezcan un mejor salario (34%) y mayor equilibrio entre su vida personal y profesional (31%) y tener más oportunidades de desarrollo personal (25%).

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