Enésimo revés de Ribera a la alta tensión: ahora retrasa su posible inclusión a 2024

Transición Ecológica posterga la decisión pese a que Stellantis lo incluye en la negociación con Industria para blindar la continuidad de la planta de Vigo

J.C.

Nuevo jarro de agua fría del Ministerio de Transición Ecológica al proyecto para enganchar la primera planta española de coches a la red de Muy Alta Tensión (MAT) de Porriño, una infraestructura clave para Stellantis para evitar pérdidas de producción por microcortes de tensión y a la vez, hacer más competitiva a la factoría en costes. El departamento que pilota Teresa Ribera, que ya había enterrado el proyecto en varias ocasiones pero que en la última reunión mantenida con el presidente de la Xunta se comprometió ante el mandatario gallego a retomarlo ya el próximo año, posterga ahora cualquier decisión a una nueva planificación para el periodo 2024-2029 que sí empezaría a negociarse en 2023, pero que obvia la urgencia que la multinacional que dirige Carlos Tavares ha manifestado con esta inversión.

De hecho, como avanzó FARO, Stellantis ha metido la alta tensión “en la ecuación” de las negociaciones que mantiene con el Ministerio de Industria para blindar el futuro de la factoría viguesa –y sus más de 7.000 empleos directos–, en entredicho al quedar fuera de las ayudas de la primera convocatoria del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC), lo que le vetó el acceso a las ayudas que precisa para recibir una nueva plataforma industrial: 200 millones de euros. Este nuevo revés de Transición Ecológica se lo comunicó la propia ministra al titular de la Xunta, Alfonso Rueda, a través de una carta en la que Ribera agradece la buena disposición y la remisión de toda la documentación asociada al enganche de Balaídos a la alta tensión y la construcción de una nueva subestación, pero posterga cualquier decisión a la negociación del nuevo proceso de planificación que arranca en enero y de aplicación para el periodo 2024-2026.

Desde la Xunta no ocultaban ayer su decepción ante la respuesta de Ribera, al no atender la urgencia manifestada por Stellantis para atar este proyecto cuanto antes.

El principal argumento esgrimido por el Ministerio para negar el enganche está a punto de caducar. El departamento que pilota Teresa Ribera fundamenta su no en que la demanda de electricidad de la factoría viguesa no llega al mínimo exigido para acceder a las inversiones de Red Eléctrica de España (REE), y es cierto: las necesidades de demanda del centro rondan hoy los 25-30 MW y ese mínimo son 50. Pero la descarbonización de procesos, el incremento de la actividad con nuevas instalaciones para estampación en caliente, inyección de plásticos y el nuevo taller de baterías, y la carga de vehículos eléctricos elevarán el consumo de la factoría hasta los 56 MW mucho antes de 2030.

Esta previsión centraba precisamente la nueva propuesta que la Xunta había enviado al ministerio para que la tenga en cuenta en la revisión de la Planificación de la Red de Transporte de Energía Eléctrica para el periodo 2021-2026, después de que Transición Ecológica se abriese a introducir cambios cada año. La principal subida de la demanda eléctrica en Balaídos vendrá por la vía de la descarbonización. La factoría sigue consumiendo gas natural en procesos de acondicionado de naves, preparación del aire en las cabinas de pintura y para la generación de calor para los hornos de curado. Y la idea es sustituir el gas por energía eléctrica de origen renovable. Este cambio aumentará el consumo eléctrico del centro en otros 20 MW.

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