Stellantis avisa: sin plataforma, Balaídos no tiene asegurado su futuro más allá de 2030

El grupo reconoce que quedaría relegada a una factoría de vehículos comerciales "con fecha de caducidad" | Urge un "gesto inequívoco de apoyo" al Gobierno para invertir

Vista aérea de la planta de Balaídos del grupo Stellantis.

Vista aérea de la planta de Balaídos del grupo Stellantis. / MARTA G. BREA

José Carneiro

José Carneiro

El tiempo corre y Stellantis no tiene, a día de hoy, el respaldo público suficiente que le permita invertir en Vigo y mantener su actividad y empleo. Fuentes de la multinacional que pilota Carlos Tavares admiten que la relación con el Gobierno ha mejorado pero que por ahora no han llegado a ningún acuerdo que les permita blindar el futuro de las dos líneas de producción en Balaídos.

Stellantis exige un “gesto inequívoco de apoyo” por parte del Ejecutivo para adjudicar a la planta gallega una de las nuevas plataformas industriales STLA Small para los coches eléctricos del futuro y recuerda que tomará una decisión “en semanas”. “Sin plataforma no hay futuro; Vigo quedaría relegada a una planta únicamente de vehículos comerciales ligeros y estos tienen fecha de caducidad: 2030”, advierten desde el grupo, que ha elevado el tono ante la premura en los plazos.

Responsables de la compañía y del Ministerio de Industria mantienen ahora un contacto diario y ayer volvió a celebrarse una reunión en Madrid para abordar de qué manera se pueden articular nuevas ayudas respetando las condiciones que impone Bruselas para los fondos europeos. La plataforma que necesita Balaídos quedó fuera del primer PERTE de Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC) y la planta aspira a recibir 200 millones de euros en ayudas para una inversión de 600 millones de euros.

Los dos escollos principales de la negociación son los plazos y la elegibilidad de las ayudas. El primero, según ha podido saber FARO, se podría salvar pese a que fue precisamente la rigidez en los plazos de ejecución de las inversiones –Industria exigía que estuviesen listas en septiembre de 2025 y la nueva plataforma no se podría instalar hasta un año después para no alterar el ciclo de vida del Peugeot 2008– lo que dejó a Balaídos con una ayuda mínima –y compartida con Villaverde– en el Perte. Con el segundo, la elegibilidad de las ayudas, hay más problemas ya que la Comisión Europea (CE) ha remarcado por activa y por pasiva que la prioridad para recibir fondos son la innovación y la descarbonización, no el ladrillo.

Empresa y Ministerio trabajan con el objetivo de que antes de fin de año esté listo el posible esquema de ayudas. Y Stellantis también ha metido en la ecuación el enganche de Balaídos a la red de Muy Alta Tensión (MAT), al ser un factor determinante para su competitividad. ¿Cuándo tomará el grupo una decisión? “En semanas”, apuntan desde la multinacional, que insisten en que la cúpula, es decir, Tavares, está esperando un “gesto inequívoco de apoyo” del Gobierno para decidir.

En juego está el futuro de la planta gallega, ya que sin STLA perdería una de sus dos líneas de producción (todos los nuevos modelos de Stellantis usarán esas plataformas) ya a partir de 2026 y quedaría herida en cuanto a competitividad de cara a asegurar la otra línea de montaje, la de las furgonetas. “Sin plataforma no hay futuro; Vigo quedaría relegada a una planta únicamente de vehículos comerciales ligeros y estos tienen fecha de caducidad: 2030”, alertan las mismas fuentes.

Una crisis peor que la de 2014

La situación, según fuentes internas de la empresa y del sector, es mucho más compleja y peligrosa que la de 2014, cuando el centro se jugaba la actual generación de furgonetas (el proyecto K9) con la planta eslovaca de Trnava (su adjudicación permitió transformar Balaídos). Desde entonces, el grupo ha crecido con la incorporación primero de Opel y después de Fiat Chrysler Automobiles y las asignaciones de nuevos modelos se juegan entre un mayor número de fábricas, en las que las ayudas públicas juegan un papel determinante.

[object Object]

La falta de inversiones en Balaídos empieza a preocupar, y mucho, a los representantes de los trabajadores. El último sindicato en llamar la atención sobre lo que considera un “constante deterioro de las instalaciones” ha sido CC OO, que denuncia una doble vara de medir por parte del grupo a la hora de invertir.

“La política de falta de inversión en las fábricas está siendo desigual”, advierte, “todos hemos leído cómo el grupo destina una gran cantidad de millones a otras plantas, donde se habla incluso de grandes productividades en años venideros”, expone el sindicato, en clara alusión a factorías como la Kénitra, en Marruecos.

CC OO asegura que no todas las inversiones tienen que estar condicionadas a las ayudas públicas y reivindica que Balaídos sigue siendo “la [fábrica] más rentable del grupo”, ante lo que exige un plan de inversiones “detallado en tiempo y cuantía” a la empresa. “No podemos esperar a la negociación del convenio en 2024 para que, a través de un nuevo intento de chantaje, alegando que la planta se cae a cachos, nos vendan que el futuro depende de un nuevo recorte en nuestras ya penosas condiciones”, remarca.

Suscríbete para seguir leyendo