Cuatro de cada diez trabajadores. Ese es el porcentaje de empleados respecto a las actuales plantillas que Ford estima que no serán necesarios para la fabricación de nuevos vehículos eléctricos como los que están previstos que lleguen a su planta de Almussafes previsiblemente durante el año 2026. Esto, teniendo en cuenta que la factoría valenciana tiene en torno a 6.000 trabajadores, supondría un grave recorte, prescindiendo de alrededor de 2.400 personas.

La estimación –avanzada por el diario económico The Financial Times– la realizó el miércoles en una conferencia en Detroit el CEO de la multinacional automovilística, Jim Farley, que sintetizó en concreto que “se necesita un 40% menos de mano de obra para fabricar un coche eléctrico, así que tenemos que subcontratar para que todos tengan un papel en este crecimiento”.

Estas palabras se producen, además, tan solo una semana después de que Martin Sander, líder de la división eléctrica de Ford en Europa, avanzara ya en una encuentro ante varios medios españoles que “la nueva era eléctrica acarreará una sensible reducción de las horas de trabajo” en la fábrica valenciana, que podría llegar hasta el 50%”. Sin embargo, en ese momento, Sander no quiso hacer una estimación de cuántas personas podrían perder su empleo, una línea que –aunque en clave más general– sí ha perfilado Farley.

No es la primera vez que Farley asegura que Ford tiene actualmente demasiados empleados y ya a finales de agosto decidió prescindir a nivel mundial de alrededor de 3.000 de los mismos.