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Cuarenta años de la furgoneta que rescató al Vigo de la reconversión: "Se lo carga todo"

El icónico Citröen C15, del que se fabricaron 1,2 millones de unidades en 21 años, sostuvo la planta y la economía viguesa en los ochenta

La última C15 se fabricó en diciembre de 2005. En la imagen, Javier Riera con otros directivos y trabajadores de Balaídos. | // RICARDO GROBAS

Corrían los primeros años de la década de los ochenta y Europa entera se tambaleaba por la crisis del petróleo. Por si eso no fuera suficiente, Vigo emprendía entonces el largo y tortuoso camino de la reconversión del sector naval, con el cierre de astilleros históricos como Ascón o Santodomingo, y en las calles la lucha sindical se dejaba notar día sí, día también. Eran tiempos difíciles para la industria, sobre todo para aventurarse a lanzar un nuevo vehículo, pero la dirección de la factoría de Balaídos aceptó el reto y en 1984 veía la luz el C15, una furgoneta diseñada a partir de un modelo anterior (el Visa), que introdujo el concepto de “utilitario ligero para trabajo y ocio” que hoy continúa con la saga de los Berlingo/Partner/Combo/Doblò y que, sin pretenderlo, ayudó a levantar al Vigo de la reconversión convirtiéndose en el primer superventas de la entonces Citroën Hispania, con cerca de 1,2 millones de unidades.

Miembros del Club C15 España, durante una visita a la factoría de Balaídos el sábado 2 de julio.

Por primera vez, una furgoneta se convirtió en leyenda del automovilismo. Y sus ecos son hoy, casi cuarenta años después, audibles. Tanto que el pasado 2 de julio una treintena de fieles del C15 de toda España acudieron a la factoría viguesa para conocer un poco más de la historia y evolución de esta veterana furgoneta, cuya última unidad se ensambló en diciembre de 2005 y fue sorteada entre los trabajadores del centro. El C15, sin apenas evolución, estuvo en producción veintiún años con numerosas versiones, incluso una de motorización eléctrica –sí, también fue un vehículo pionero en la electromovilidad tan de moda hoy–, y en todo ese tiempo vio pasar por las líneas de montaje a los modelos GS, AYU (utilitario ligero derivado del Dyane 6), Visa, BX, AX, ZX y Xsara, y también a los Peugeot 504 y 505.

El C15 levantó la producción de Balaídos -llegaron a producirse 550 unidades diarias cuando las máximas previsiones no superaban las 150- y en cierto modo “salvó a la fábrica”, como recordó el día de su despedida el entonces director del centro vigués, Javier Riera. Pero, ¿salvó realmente la C15 a Balaídos? Los más veteranos de la fábrica no dudan a la hora de corroborar la afirmación de Riera y años más tarde documentos de la época revelaron que sobre la mesa estuvo el cierre de la factoría gallega. Fue precisamente el éxito de la C15 y la flexibilidad que introdujo la que haría que años después la multinacional francesa apostase por Vigo como “centro piloto”, lo que catapultó la producción y permitió modelos en exclusiva para Balaídos, convirtiéndose en referente a nivel mundial.

El auge Citroën (PSA Peugeot Citroën, Grupo PSA y ahora, Stellantis) permitió el desarrollo del sector industrial vigués en los ochenta y sobre todo, a partir de los noventa, lo que ayudó a mitigar el impacto de la reconversión del naval, por lo que se puede decir que la ciudad y su entorno tienen una deuda con esta furgoneta, cuyos primeros anuncios aún son recordados por los nostálgicos de la marca y el modelo: “Nueva Citroën C15. Se lo carga todo”.

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