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Vigo, IFEVI. Última jornada de Navalia. | ALBA VILLARALBA VILLAR

El naval gallego enfila encargos para Malvinas

Al menos dos arrastreros de última generación, pendientes de firma

El Falcon, de Petrel Fishing Company (participada por la viguesa Pescapuerta), fue la última de las nuevas construcciones ejecutadas por el naval gallego para el caladero de Malvinas. Que no la incorporación más reciente a esta pesquería, que el pasado febrero recibió la llegada del palangrero Polar Bay, con participación de la viguesa Lafonia. En su caso, y con diseño de la oficina técnica Marin Teknikk, fue contratado en el astillero turco Tersan. Pero ya hay dos proyectos en marcha, según pudo constatar FARO, para otras tantas armadoras gallegas con el objetivo de faenar el codiciado calamar. Se trata de dos arrastreros congeladores, de unos 75 metros de eslora, de similar factura al propio Falcon. La próxima resolución final del sistema de reparto de cuotas, en virtud del cual se canjearán 25 años de derechos de pesca a cambio de que el 51% de las sociedades mixtas sean de capital malvino, ha contribuido a despejar estas inversiones. “Con la asignación de cuotas y los costes energéticos, los socios locales reclaman barcos de última generación”, apuntaron a este periódico fuentes de la industria.

En un contexto muy complejo y que ha abortado ya otros proyectos en astilleros de Vigo, como apuntaron fuentes de la industria durante las jornadas de la feria Navalia. No solo por el encarecimiento de los materiales de construcción o la incertidumbre económica derivada de la guerra en Ucrania, sino por la fuerte presión que ejerce el coste del combustible en las cuentas de explotación de las empresas. Pero la demanda internacional de productos de proteína marina es fuerte, y los arrastreros de última generación reducen de forma muy significativa el consumo energético.

Hasta la fecha, las principales armadoras –la mayoría, con sede en Vigo– han acometido desde 2017 la construcción de una veintena de unidades. De todo tipo y para múltiples pesquerías y caladeros: atuneros, fresqueros, tangoneros o de palangre, y para operar en Namibia, Mozambique, Argentina o las Malvinas. Con seis buques (tres para Namibia y otros tres para Mozambique), Nueva Pescanova fue la armadora que lideró, cuantitativamente, la asignación de nuevas construcciones. Le siguió Iberconsa, con tres nuevas unidades para el caladero de Malvinas. Copemar, Pereira, Pescapuerta o Profand también aportaron su parte.

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