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Los camioneros gallegos ya sufren pérdidas de 1.400 euros al mes por el gasoil

El colectivo alerta que los clientes se niegan o no pueden asumir el sobrecoste y pide “la intervención” del mercado petrolífero

Tranportistas de vehículos en Vigo. | // RICARDO GROBAS

Hace justo una semana que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el real decreto de medidas para la mejora de la sostenibilidad del transporte de mercancías por carretera y del funcionamiento de la cadena logística pactado entre el Gobierno y las principales asociaciones empresariales del sector para evitar un gran paro en la antesala de las fiestas navideñas. Los conductores ya no asumen por regla general la carga y descarga del vehículo, una reivindicación histórica del colectivo, que, además, tiene derecho a una indemnización por el tiempo perdido en caso de que la retirada de la mercancía se prolongue más de una hora y no dos como hasta ahora. Pero el gran acuerdo fue, sin duda, la revisión trimestral obligatoria de las tarifas al alza o a la baja en los servicios continuados en función de la evolución de los precios del gasóleo y otros combustibles.

¿Y en los contratos de un único viaje? La actualización se aplica si la variación de los carburantes llega al 5% entre el encargo y el envío. “En la práctica no tendrá aplicación esta nueva medida ya que, habitualmente, entre el momento en que se contrata la realización del servicio del transporte y el momento efectivo de hacerlo suele ser un período muy corto de tiempo en el que apenas hay variación en el precio del carburante”, señala la guía explicativa del acuerdo divulgada por la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), sin pensar evidentemente en una guerra y su capacidad para enloquecer los mercados energéticos de la noche a la mañana. Tras una asamblea extraordinaria, la organización pide “la intervención del mercado petrolífero” en España “para evitar el colapso del transporte por carretera”.

“Ahora mismo la gente se está planteando mandar a la gente a casa y parar porque es menos costoso tener el camión parado”, asegura Antonio Señaris del Río, presidente de la Federación Empresarial de Transportes de Mercancías por Carretera de Galicia (Fetram), que alerta de pérdidas de hasta 1.400 euros por vehículo al mes por culpa del precio disparado del diésel y la negativa de los clientes a actualizar las tarifas, “aprovechando nuestra debilidad”. “Nos dicen que si no hacemos el servicio –se queja Señaris–, lo hará otro por menos”. El sector tiene “tanto miedo a los costes, el leasing con el banco, la cuota a la Seguridad Social o los gastos en neumáticos y talleres, que no miramos la rentabilidad del negocio”.

Fetram alerta de la posible destrucción del tejido empresarial en el sector. “Si acaba cerrando el 20% de los profesionales en esta crisis, el restante 80% tendrá más cuota y el transporte se va a encarecer todavía más –explica su presidente–. Los cargadores serán los principales perjudicados porque no se va a garantizar el suministro de su mercancía en tiempo y forma”.

Las petroleras

El sector apunta directamente a la responsabilidad de las petroleras. “Los grandes beneficiados de esta crisis”, según Fenadismer, con “ganancias escandalosas a costa de los pequeños consumidores. “Están llegando incluso a adelantar en los precios de venta final de los carburantes las posibles alzas que pudiera tener el crudo en el futuro en los mercados internacionales –sostiene el colectivo–, pese a que el producto que tiene en stock, y que es el que se vende ahora en las estaciones de servicio, fue adquirido a precios muy inferiores”.

Los combustibles pulverizan sus máximos históricos desde que empezó la invasión rusa sobre Ucrania. De media, el litro del gasóleo ronda en estos momentos los 1,673 euros, un 12% más que en la última semana de febrero. El encarecimiento es prácticamente idéntico en la gasolina, que alcanza los 1,755 euros. Para evitar la intermitente encrucijada de los carburantes, parte del sector optó por abrir sus flotas al gas. “Nos decían que pagaríamos la mitad por el combustible y ahora es casi lo mismo, además de los 20.000 euros de plus por camión”, indica José Carlos García Cumplido, secretario general de la Federación Gallega de Transportes de Mercancías (Fegatramer), apelando “a una reflexión profunda y seria por parte del Gobierno y de la UE” del mix energético que se necesita para garantizar la competitividad de la economía.

Todo lo acordado en el real decreto de medidas para la mejora de la sostenibilidad del transporte de mercancías por carretera es “un avance muy importante”, pero los periodos transitorios “muy amplios” y los límites en su aplicación –solo para los contratos anteriores a la entrada en vigor– impiden que tenga “un impacto directo en la mejora de la situación actual”. “Ya veníamos arrastrando un problema con el rali alcista y el mercado, las empresas en general, no tienen capacidad para absorber este incremento de costes”, cuenta García Cumplido. El carburante supone “entre el 33 y el 40%” del coste de un kilómetro en el transporte. “Si sube un 40% el gasóleo como está pasando, ese coste sube un 13 o un 14%”, añaden desde Fegatramer, donde están pidiendo a sus socios que lo trasladen a las tarifas. “El momento es muy delicado –continúa José Carlos García Cumplido– porque, además, todo el resto de costes, como los propios vehículos, los seguros, o las ruedas, aumentaron un 10%”.

“La situación es sumamente preocupante con esta escalada de precios nunca vista, tan repentina y brusca, además, que deja sin apenas margen de maniobra a las empresas”, apunta Iago Domínguez, gerente del Clúster Función Loxística de Galicia. Antes o después, cree, los sobrecostes tendrán que repercutirse en la estructura de precios del producto final, “algo muy complicado en algunos de bajo valor añadido, como ocurre en el sector primario”. “Hace tiempo que el precio de los combustibles es preocupante”, subraya Domínguez, que recuerda la gran cantidad de “autónomos” en el sector, “habitualmente con encargos de uno o dos clientes”. “Nadie quiere mover un camión –insiste– para perder dinero”.

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