A Víctor Moro le costó un mundo centrar el histórico debate sobre el tratado de pesca con Marruecos en su estreno en el Parlamento español el 15 de febrero de 1978. Él era el director general de Pesca del Gobierno de la UCD liderado por Adolfo Suárez y se pasó sus intervenciones durante las seis horas y media que duró la sesión quejándose de las “densas cortinas de humo que ensombrecen el contenido general del acuerdo”. “Nunca se recuerda una asistencia tan importante”, destacaba el economista en una entrevista con FARO en enero de 2008.
El portavoz socialista, Manuel Marín, le acusó de defender junto a su jefe, el entonces ministro de Comercio, Leopoldo Calvo Sotelo, los intereses de las grandes empresas del sector, particularmente de Pescanova, de la que Moro había sido director general. “He de repetir que considero un mal camino para la democracia el de la calumnia y el de la falsedad porque, en definitiva, la verdad siempre resplandece”, respondió en aquel histórico cara a cara. También su última intervención fue tan polémica, con duras acusaciones contra Alfonso Guerra, que se borró del diario de sesiones. Eso no impidió que parte de la bancada del PSOE terminase aplaudiéndole. “Felipe González decía: ¿A quién se le ocurrió meterse con Víctor Moro?”, recordaba Moro, fallecido ayer a los 95 años en su casa de Baíña (Baiona), convencido de que nunca fue político.
Su larga vida fue un cúmulo de viajes de ida y vuelta. Primero al Banco de España, el arranque de su carrera en 1948 como técnico y luego interventor, y donde llegó a ser director en la sede de Cataluña (1980) y subdirector general del organismo (1989). Allí se jubiló. A la edad límite para hacerlo, los 70 años. Para evitar que se diese de baja por el retiro “en el Colegio de Economistas de Pontevedra creamos la figura del colegiado emérito. Él fue el primero”, cuenta Juan José Santamaría, exdecano.
En la política también entró y salió varias veces. Además de la dirección general de Pesca, fue subsecretario de Pesca y Marina Mercante y diputado por Pontevedra. “Yo político profesional no fui. Fui un político circunstancial. La prueba es que estuve en la primera legislatura y luego me marché”, mencionaba en el encuentro con FARO. Tanto Suárez como Calvo Sotelo intentaron que hiciese carrera en Madrid y mandaron a sus mujeres a tratar de convencerle a través de su esposa también, pero “no había casas con vistas al mar”, como la suya de nacimiento en Ribadeo.
Porque Moro no es vigués, aunque hasta los cronistas de aquella época en el Parlamento le atribuyesen el origen. La ciudad lo adoptó en su paso como director de Administración y después director general de Pescanova (1962). “Contribuyó a la construcción de los primeros buques y trabajó en el descubrimiento de nuevos caladeros de todo el mundo, potenciando así la expansión internacional de Pescanova –remarca la multinacional–. Su labor al frente de Pescanova en la década de los 60 y mediados de los 70, su visión y profundo conocimiento del sector, han sido claves para situar a Galicia y a España a la cabeza de la industria pesquera mundial y establecer las bases de lo que hoy es el Grupo Nueva Pescanova”.
Y ya nunca se fue de la ciudad. Con el tiempo vería “como un gran favor” que la coalición liderada por Manoel Soto le arrebatase la alcaldía después de ganar las elecciones municipales en Vigo encabezando la lista de UCD en 1979. En la fundación de Coalición Galega buscó saciar “la vocación de servicio a mi tierra, a mi país”, la galleguidad que, aseguraba, “le falta a Galicia”. “Víctor Moro foi un galego que defendeu sempre os intereses de Galicia e que deixa pegada na política, na banca e en todas as persoas que tiveron a sorte de estar preto del”, alababa ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
"Era honesto, honrado y tenía un incondicional amor por Galicia"
Moro pasó también por el consejo de Fenosa y en sus últimos años por Solvetis, la firma de sus hijos. Uno de ellos, Pablo Moro, subraya “su honestidad, honradez e incondicional amor por Galicia”: “Fue el primer disputado que, en sede parlamentaria, reclamó el Estatuto de Autonomía para Galicia en las mismas condiciones que Cataluña y País Vasco”.
