“Allí donde hay voluntad hay manera y esta es la vía europea”, ha celebrado con satisfacción el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, tras la aprobación de la reforma sobre los tipos del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) propuesta hace casi cuatro por Bruselas. Las nuevas normas darán más flexibilidad a los Estados miembros para fijar los tipos reducidos de IVA que consideren e incluso para aplicar un IVA cero a determinados artículos. “Este expediente se ha debatido en el Consejo durante mucho tiempo, y me alegro de que hayamos encontrado la forma de concluirlo”, se ha sumado el ministro de Finanzas esloveno y presidente de turno del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin), Andrej Šircelj.

En primer lugar, el acuerdo permitirá a los Veintisiete actualizar la lista de bienes y servicios a los que los Estados miembros pueden aplicar tipos reducidos de IVA. El nuevo listado se ampliará para incluir aquellos destinados a proteger la salud pública, tal y como propuso en abril pasado la Comisión Europea para luchar contra el impacto de la pandemia de covid-19, como guantes, mascarillas o equipos de protección individual. Además, se incluyen todos los productos beneficiosos para el medio ambiente, como bicicletas, sistemas de calefacción ecológicos o paneles solares, y aquellos productos y servicios que sirvan para apoyar la transición digital y que hasta ahora no podían ser objeto de una rebaja del IVA como el acceso a internet o la emisión en línea de eventos culturales o deportivos. Si los gobiernos europeos consideran que reducir o aplicar un tipo 0 sirve para satisfacer sus necesidades básicas en las citadas categorías podrán aplicarlos.

Igualdad de trato

El pacto también obligará a los gobiernos a eliminar para 2030 la posibilidad de aplicar tipos reducidos y exenciones a bienes y servicios considerados perjudiciales para el medio ambiente y los objetivos de lucha contra el cambio climático. Además, y para evitar distorsiones de la competencia y restablecer la igualdad de trato, todos los países podrán disfrutar de las excepciones a las que solo tenían derecho algunos Estados miembros “por razones históricas”. En el caso de las excepciones existentes que no apoyen los objetivos en materia de clima, sin embargo, tendrán que eliminarse antes de 2032. “Se ha logrado un delicado equilibrio garantizando la igualdad de trato entre los Estados miembros sin una proliferación de tipos más bajos que dañarían la consolidación fiscal posterior a la era covid”, ha destacado Gentiloni durante el debate público celebrado por los ministros.

La reforma se basa en un acuerdo previo que establece que el IVA se paga en el Estado miembro del consumidor y no en el Estado miembro del proveedor. Esto, según la UE, garantiza que una mayor diversidad de tipos (como lo acordado por el Ecofin) tenga menos probabilidades de perturbar el funcionamiento del mercado único o de crear distorsiones de la competencia. Además, de esta forma también se evita la proliferación de tipos reducidos, lo que pondría en peligro la capacidad de los Estados miembros de recaudar ingresos. Por ello, las nuevas reglas especifican el nivel mínimo de los tipos reducidos y la lista de bienes y servicios a los que se podrán aplicar.

Tres años de negociación

Fue en enero de 2018 cuando la Comisión Europea puso sobre la mesa la necesidad de reformar un sistema que tiene casi 30 años y que requiere de una “modernización urgente” para alinear la situación a la nueva realidad y prioridades de la UE. Una vez que las nuevas reglas entren en vigor, los Estados miembros deberán seguir aplicando un tipo normal de IVA de al menos el 15%. Sin embargo, los gobiernos europeos también tendrán la posibilidad de aplicar un tipo reducido de hasta el 5% a bienes y servicios de un máximo de 24 categorías de la lista. Y también tendrán derecho a aplicar un tipo inferior al 5% o cero a un máximo de 7 productos de la lista de necesidades básicas y en la que figuran desde alimentos hasta medicinas o productos farmacéuticos y sanitarios.

Tras el acuerdo unánime -en fiscalidad se requiere de la unanimidad- el siguiente paso será remitir el texto a consultas con el Parlamento Europeo que tendrá que emitir su opinión, no vinculante, a más tardar para marzo de 2022. Una vez aprobada la opinión de la Eurocámara, los Estados miembros podrán adoptar formalmente la norma que entrará en vigor veinte días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE lo que permitirá a los gobiernos aplicar el nuevo sistema a partir de esa fecha.