La crisis de los chips que afecta a la industria del automóvil es para el director corporativo de la patronal de vendedores de vehículos Ganvam, Jaime Barea, un tema “coyuntural” para el que no se pueden improvisar soluciones. Barea afirma que, por el momento y según los datos que se conocen día a día, está afectando más a las marcas alemanas y francesas que a las japonesas o coreanas. Preguntado si prevé cuándo puede acabar esta falta de suministro de chips, que son necesarios para el montaje desde los sensores de aparcamiento hasta el limpiaparabrisas, responde que lo desconoce porque es “global” y apunta, como señalan algunos expertos, a que continuará hasta el primer semestre de 2022.