El comercio gallego pierde fuerza por la tercera ola de la pandemia. Las ventas del comercio minorista en el territorio descendieron un 7,2% en enero respecto al pasado ejercicio. No obstante, la comunidad gallega registra mejores cifras que la media nacional, que presenta una bajada del 10,9%. La contracción de la tasa anual de las ventas del comercio minorista en Galicia, en enero, es la tercera más baja del Estado, aunque todas las comunidades arrastran una caída en términos interanuales, según los datos del Índice de Comercio al por menor publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística.

Así, el recorte del 7,2% en las ventas del comercio al por menor gallego solo fue mejorada por Cantabria, con un descenso del 6,7%, y Madrid, del 6,9%. El retroceso de enero es, no obstante, el mayor desde el pasado de mayo. De esta forma, las ventas del comercio minorista encadenan once meses consecutivos descensos interanuales. En cuanto a la ocupación, Galicia presenta un declive del 2,3%, también inferior al 3,3% de bajada de la media estatal. En términos mensuales, y considerando datos corregidos de efectos estacionales, el comercio minorista se resintió el impacto de la tercera ola del COVID. Los comercios vieron reducida su actividad como consecuencia de las restricciones impulsadas por la Xunta y que contemplaron cierres perimetrales en los concellos, restringieron el horario de los comercios hasta las seis de la tarde y cerraron los centros comerciales durante el fin de semana.

10.000 comercios en un año

Las rebajas de este año “han sido las peores” desde que hay indicadores, aseguró el presidente de la Federación Galega de Comercio (FGC), José María Seijas. El último año, a causa de la pandemia, más de 10.000 de locales en Galicia bajaron la persiana, según avanzó Seijas. Un cálculo en el que valoró que más del 20% de los comercios han tenido que cerrar sus puertas por el coronavirus. Ante tales datos, el presidente de los comerciantes gallegos reclamó a las administraciones “ayudas directas para mantener” los “negocios en pie y para reducir las deudas y hacer frente a todos los gastos fijos”. Seijas incidió en la “necesidad” de que “los ERTE se prolonguen hasta finales de año y que los préstamos se prolonguen” en el tiempo.

El presidente de la Federación Gallega de Comercio pronosticó que “lo peor viene ahora, en dos o tres meses”. Para él, uno de los problemas se esconde tras el gran número de trabajadores en ERTE y su control del gasto. “Hay una inseguridad en la sociedad que conlleva a que haya una retracción en las ventas, la prueba de ello es que ha subido el ahorro familiar”.