El nuevo presidente de la CEG, Juan M. Vieites, tiene ante sí el reto mayúsculo de recomponer a una patronal gallega dividida y ganar estabilidad en medio de la crisis económica asociada a la pandemia de COVID. Pero no es el único. El también secretario general de Anfaco se enfrenta a tres grandes retos durante los primeros meses de su mandato, siendo el primero de ellos el “consolidar el consenso y conseguir unidad empresarial”, lo que enlaza con la urgencia de “evitar una desestabilización” debido al pasado reciente y convulso vivido por la confederación. “Busco una organización fuerte y representativa”, indicó durante la rueda de prensa tras resultar elegido, en la que recalcó que la apuesta es que la CEG esté “en el sitio adecuado, en los momentos adecuados”.

En su intervención aseguró que lo primero que hará, de forma inmintente, es convocar un comité ejecutivo y junta de dirección con la idea de analizar una serie de informes de la casa, revisar las cuentas y estudiar a fondo los estatutos. Posteriormente, Vieites arrancará con sus primeras iniciativas, que tendrán como otra de sus prioridades el “reforzar la confederación como representación” e “institución fundamental” en el panorama gallego, algo que enlaza directamente con otra de sus propuestas: “Impulsar el consejo asesor de la CEG para las empresas, para que salgan dictámenes sobre las problemáticas existentes”.

Potenciando el consenso por un lado y recuperando la representatividad de la patronal en el panorama y debate económico actual, Vieites urge también una apertura hacia el exterior a través del “fortalecimiento de la comunicación y renovación de la imagen” de la CEG.