En enero de 2019 desapareció el elemento que, mes tras mes, situaba a Galicia como la comunidad más cara para repostar. No porque se redujeran los precios, todo lo contrario. En aquel momento el Gobierno central unificó para toda España –aplicando una decisión de tiempos de Cristóbal Montoro– lo que en la comunidad gallega estaba vigente desde 2014: el mal llamado céntimo sanitario, en su cuantía más elevada, que gravaba el litro de carburantes con 4,8 céntimos. En nuestras estaciones de servicio aquel tributazo no se notó. Pero sí lo experimentarán los conductores gallegos a partir de la próxima primavera, cuando el litro de gasóleo y gasolina se incremente en hasta siete céntimos. Es el vaticinio de la propia patronal de gasolineras, que dan por hecho que las petroleras repercutirán sobre el consumidor final la minuta que les va a imponer el Ministerio para la Transición Ecológica para costear subvenciones a las renovables. Bajará la factura de la luz, pero los precios aumentarán por otra vía. En Galicia los carburantes costarán más que el promedio de toda la Eurozona.
La pasada semana el Ejecutivo anunció un abaratamiento de en torno al 13% del coste mensual de la electricidad para los hogares, al retirar del recibo las primas a las renovables. Anticipó entonces la creación del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), que será abastecido en unos 7.000 millones anuales por las compañías suministradoras de energía. Pero en el mismo anteproyecto, que continuará en periodo de alegaciones hasta el 11 de enero, ya se advierte que las buenas noticias para el consumidor final lo serán a medias. “Los impactos sobre los precios finales de los distintos combustibles dependerán del grado con que los comercializadores puedan optar por repercutir, en su caso, las obligaciones de aportación al FNSSE a dichos precios”, reza textualmente el documento. Solo para el año 2021, el ministerio comandado por Teresa Ribera estima una aportación de 417 millones de euros de las compañías de producción petrolífera a este fondo de sostenibilidad, que superará los 2.000 millones en 2025.
La Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes) ya avanzó ayer que este importe recaerá sobre los conductores. “Cuando repostemos, además de los impuestos que ya pagamos, abonaremos siete céntimos más por litro para el denominado FNSSE”, apuntó en un comunicado. “No es el momento de plantear tal subida, ya que la operadoras petroleras y gasísticas la repercutirán sobre el consumidor final: familias, autónomos y empresas”. En el Gobierno tampoco han descartado que el abaratamiento de la factura de la luz se traslade, como con los vasos comunicantes, a la de la gasolina. “A lo mejor hay algunas empresas que no repercutan en sus precios la aportación al fondo para no perder cuota de negocio”, confía.
En la última semana Galicia volvió a estar por encima de la media en cuanto al precio del gasóleo, todavía mayoritario en el parque automovilístico. La media de las cuatro provincias asciende a 1,105 euros por litro, frente a los 1,071 euros del conjunto del país, incluidas las comunidades de Baleares y Canarias. Además, la cotización del diésel aumentó notablemente más en las estaciones de servicio gallegas que en el promedio de España respecto a la medida de noviembre. En el caso de Galicia, el gasóleo se encareció un 6%, frente al 4,2% de la media nacional, según los datos actualizados del Ministerio para la Transición Ecológica, y cribados por FARO. Con el tarifazo del fondo de las renovables, los conductores gallegos pagarían ahora por encima del coste de los veintisiete, situado en los 1,15 euros por litro, según la oficina estadística comunitaria (Eurostat).
