El pasado viernes la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) inició, de forma telemática, su proceso electoral. Una contienda que remató este martes –de nuevo– de forma polémica, con la retirada a última hora del empresario Pedro Rey y la designación por aclamación del ourensano José Manuel Díaz Barreiros. Parte de los 178 vocales de la organización habían ejercido desde entonces su derecho al sufragio vía online, a través de la plataforma Wevote, pero estos resultados no fueron difundidos. Tampoco los que se iban a efectuar con delegaciones de voto, de modo presencial, en aras de una imagen de unidad que no ha calado en el conjunto de la patronal. ¿Qué pasó para abortar las elecciones? ¿Por qué se retiró Rey, a escasos minutos de las doce del mediodía? Esta historia no arranca el viernes; el viernes empieza el relato de una nueva desgracia para la imagen de principal organización empresarial de Galicia. El empresario, que evita polémicas, sí niega una traición, rechaza haber impedido la concurrencia de ningún otro aspirante e insiste en que su única intención ha sido la de “dar un servicio a los empresarios gallegos. Ayudar”.

Es el día 20. Pedro Rey, avalado por unanimidad por la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), tiene la convicción de que cuenta con el apoyo de los vocales de A Coruña. La organización que preside Antonio Fontenla cuenta con 40 votos. “Se sentía apoyado, creía al 100%” que esos sufragios llevarían su nombre, explican fuentes de la organización (el rival del ourensano prefiere apartarse de cualquier conflicto, y solo desea “suerte” a Díaz Barreiros). La última junta directiva decidió, pese al COVID, que el sistema de votaciones sería mixto, habilitando la posibilidad de llevar las criticadísimas delegaciones de voto. En el entorno del empresario consideran que el adelanto de los sufragios telemáticos es “extemporáneo”, pero no quieren apuntar a ninguna razón perniciosa. “Quizás fue por razones inocuas, es mejor no prejuzgar”.

El fin de semana, añaden esta vez vocales pontevedreses consultados, Rey mantiene todavía la seguridad de que los 40 de A Coruña avalarían su propuesta de futuro para la CEG. En paralelo se suceden llamadas cruzadas entre organizaciones, contrarias al procedimiento mixto de votación – “si funciona la vía telemática no hace falta llevar los papeles a Santiago”– y contra el veto a los sufragios en contra. Nada sorpresivo en la organización: hay facción crítica y es activa. Es el lunes cuando empiezan a cambiar las cosas para el devenir del proceso final, y de la singladura de Pedro Rey en el mismo. Es vox populi que esa garantía de respaldo total de A Coruña no se va a materializar. Cunde el presagio de que el directivo avalado por Pontevedra no tiene nada que hacer, sobre todo por los mecanismos de elección. “Le sumas que de una provincia va un señor con 32 delegaciones en la mano, y en otra con 29”. Habla un vocal de la denominada carretaxe de sufragios, permitida por los actuales estatutos pero que iba a ser abruptamente limitada por una propuesta de reforma de los mismos que no prospera. Ni A Coruña ni Lugo la respaldaron. Es lunes, el voto digital se cierra a las 19 horas, Pedro Rey “sabe que no tiene opciones”, pero no se retira. “Le mintieron hasta el último momento”, lamentan desde la CEP.

Ya es martes. De camino a Santiago “me piden una reunión urgente”. El consejero delegado de la patronal de Lugo, Jaime López, lleva la voz cantante; también están Fontenla y el presidente de la CEP, Jorge Cebreiros. “Estaba a punto de llegar la de Ourense. Me dicen, Pedro, las cuentas no te salen, sería bueno para la CEG que renunciases”. Considera Rey que no es una postura “ilegítima, pero me lo podían haber dicho tres días antes. No me lo exigieron, me lo piden”.

La versión de Cebreiros difiere en parte de esta última. Indica que, sobre las 10:30 de la mañana, el portavoz de Lugo le confirma que su confederación no optará por la candidatura de Pedro Rey. “¿Qué te parece si le llamamos y le decimos que hable con él [por Díaz Barreiros]? Me pareció buena idea, una oportunidad para evitar una derrota abultada”, relata el patrón de Pontevedra, que asegura que, para entonces, Fontenla no había llegado todavía a la sede de la CEG. Cebreiros incide en que no solicitó a Rey una retirada, sino una conversación con su oponente. Y que, al rato, lo comunicó. “Vuelvo a entrar, después de hablar con sectoriales. Les digo vale. Y yo lo firmo”, relata el excandidato. Son las 11:57 horas. José Manuel Díaz Barreiros es aclamado minutos después, y posa en una fotografía junto a los cuatro líderes provinciales, incluido Cebreiros. La foto genera malestar entre parte de la confederación de Pontevedra. “Lo entiendo, pero mi compromiso con la CEP era presentar el aval y luchar por el máximo consenso hasta el final”.

Pero, antes de esta solución pretendidamente salomónica del martes, ocho vocales pontevedreses (de los 32) habían votado telemáticamente desde el viernes. No fueron consultados por Cebreiros y su respaldo a la aclamación del ourensano. “Tienen toda la razón de sentirse dolidos”. Los ocho recibieron un whatsapp de disculpas, a última hora del día electoral, por este proceder. “No pensé en ellos. Me pareció que la aclamación podía ser un gesto de unión hacia afuera”. Cebreiros dará más explicaciones el próximo lunes, en un comité directivo que ya ha convocado.

“Ojalá tenga muchísima suerte porque le hace falta”, remacha Pedro Rey respecto al nuevo presidente de la CEG. “No he traicionado a nadie, me retiro porque me lo piden los empresarios provinciales, y creo que era por el bien de la confederación”. “Nadie –zanja Cebreiros– me ha pedido la expulsión de Pedro”.

Asime exige el recuento: “No añadamos otro capítulo a la muy maltrecha imagen de la CEG”

Dado que las votaciones físicas en la asamblea general de la CEG se vieron abortadas por la renuncia de Pedro Rey y la aclamación de José Manuel Díaz Barreiros, la patronal no ha desvelado a quién correspondieron los en torno a medio centenar de votos emitidos por vía telemática desde el viernes. La patronal metalúrgica Asime ha remitido una notificación al secretario general de la confederación gallega para que, “en el plazo máximo de 72 horas, se realice el recuento del proceso electoral iniciado el día viernes 20 de noviembre a las 14:00 horas [y paralizado] de manera sorpresiva para la mayor parte de los vocales de la CEG”. “Confiamos que se actúe con coherencia y respeto y no añadamos un capítulo más a la muy maltrecha imagen” de la organización. También la Confederación de Empresarios de Pontevedra ha solicitado, a través de un “requerimiento formal”, que se divulgue “el censo electoral, los votos delegados y el resultado del voto telemático”, según apuntó a FARO su presidente, Jorge Cebreiros.