La entrada de nuevas auxiliares en los trabajos del Evrima en Hijos de J. Barreras ha incendiado a las empresas que siguen pendientes de cobrar sus deudas por la construcción del crucero que explotará la naviera de Ritz-Carlton y que habían retirado personal del astillero en las últimas semanas. Un grupo de 18 firmas del metal agrupadas en Uninaval (Unión de Industrias Navales Ría de Vigo) anunció ayer que en los próximos días presentará una demanda colectiva contra la factoría viguesa por incumplir los plazos de pago acordados con la nueva dirección de la empresa, una medida de presión que llega cuando apenas faltan 150 días para la escala inaugural del primer crucero construido en España y con el barco todavía sin rematar y pendiente de las pruebas de mar. Esta demanda se suma a la ya interpuesta por otras auxiliares por las deudas de los proyectos naufragados de Havila y Armas.

“La nueva dirección de Barreras tampoco cumple”. Este grupo de auxiliares –de las aproximadamente doscientas que participan en la obra del buque– no se fía de las promesas de Douglas Prothero, sobre todo tras la reciente entrada de nuevos proveedores en Beiramar para acelerar los trabajos a bordo tras la salida de personal de las empresas con pagos pendientes. “La industria auxiliar pone de manifiesto que sigue pendiente de que se otorguen garantías de cobro del restante 50% de la deuda inicial del Evrima, tal como se comprometió el astillero en el acuerdo firmado, y que no se ha cobrado nada de los proyectos de Havila y Armas”, afirman desde Uninave.

Fuentes del astillero replican que el segundo 50% del pago del buque está garantizado por una prenda. “Muchos proveedores se han adherido a ella y están satisfechos con el hecho de que Barreras haya logrado esta solución para ellos”, explican. Y aseguran que “Barreras no tiene conocimiento de la incorporación de ningún proveedor nuevo que no fuese planificado en el proyecto”. “Sí es cierto que algunos proveedores han optado por dejar el proyecto debido a que a veces hay menor flujo de fondos, aunque no hay problema de fondos en absoluto. En cualquier caso, la inmensa mayoría de los proveedores están trabajando con normalidad”, matizan.

Las auxiliares insisten en cambio en que se están incumpliendo con los plazos de pago y de tramitación de pedidos que la nueva dirección Barreras había pactado: “A principios de octubre pidieron tiempo, esperar al 15 del mismo mes, donde trasladarían novedades que mejorarían su situación y su previsión de cobro, pero más de un mes después, seguimos sin ningún avance sobre la deuda inicial pendiente de pago y acumulando nuevos retrasos y riesgos en los trabajos actuales”.

Retirada de personal

Esta situación –apuntan– ha llevado a la retirada del personal de estas empresas del astillero, para no incrementar más su riesgo, lo que a su vez ha derivado en que el astillero está contratando a nuevos proveedores sin haber resuelto deudas anteriores, y que actualmente se están haciendo pagos parciales de la nueva deuda generada, pagando solo a las empresas que necesitan para continuar con el estado actual de la obra. “Hemos sido tremendamente flexibles y comprensivos, apoyando la viabilidad del astillero en sus momentos más difíciles. Pedimos seriedad, esta situación es insostenible y más en los tiempos que corren a causa del Covid-19, donde es complejo cerrar contratos y nuestras empresas necesitan liquidez”, claman.

La demanda llega en la recta final de los trabajos a bordo del Evrima, que mantiene pese a todo su viaje inaugural para el próximo mes de abril. Aun así, quedan tareas importantes por hacer como el pintado del buque y las pruebas de mar, que suelen demorarse varias semanas para testar todos los equipos de navegación y tecnológicos de la embarcación. Fuentes de la empresa mantienen que el progreso de la construcción 1705 “por el momento estratégicamente se ha reducido para acompasarlo a los tiempos del Covid 19 y al ritmo de cómo el proyecto está siendo financiado”. “La finalización de 1705 es fundamental para la lograr la puesta al día de los proveedores (pasados y presentes)”, anotan.

El astillero acogió el pasado sábado el hito de la colocación del mástil de un buque llamado a marcar un antes y un después en la industria naval española, por ser el primer crucero que se construye en el país, y el buque civil más caro de la historia. Además es un reto en cuanto a calidades y acabados por la falta de experiencia de la industria auxiliar gallega en este segmento concreto.