El cambio climático está provocando una serie de desplazamientos de las especies, que en el caso de la caballa, especie objetivo de la flota gallega, hace que el movimiento sea de 15 kilómetros al norte por década, alejándola así de la costa ibérica para el desove. El hallazgo del centro tecnológico vasco AZTI fue uno de los presentados ayer en la segunda y última jornadas de la séptima edición de la Conferencia Internacional ARVI sobre el Futuro de la Pesca, un evento celebrado vía telemática a causa del Covid-19 y en el que se reunieron expertos del sector pesquero, científicos y adminsitración para intentar identificar los problemas y soluciones del aumento de la temperatura del mar. "Para 2100 el aumento será de entre 0,3 y hasta 5 grados", explicó el jefe de investigación sobre el Cambio Climático en Océanos y Costas del centro tecnológico vasco AZTI, Guillem Chust.
Tras la apertura a cargo del presidente de la cooperativa de armadores, Javier Touza, Chust tomó la palabra para explicar las principales implicaciones del aumento de la temperatura del mar y sus efectos sobre algunas de las especies que se capturan en el golfo de Vizcaya. Así, identificó cinco puntos: cambios en la biomasa de los stocks debido a amplificaciones de reducción de las producciones de fito y zooplancton del área; el desplazamiento de las especies hacia el norte; el movimiento de ciertos tipos de peces hacia las profundidades del mar; los cambios en la relación entre los factores climáticos y los ciclos vitales de los peces, y, por último, una disminución de la talla de los ejemplares.
Entre los ejemplos que citó el Chust, además del desplazamiento al norte de la caballa, también citó otros dos casos: el la anchoa y los atunes. En el primera caso, el recurso "tendrá un incremento en la cantidad de huevos y área de desove" de aquí a final de siglo; en el segundo, Chust explicó que el bonito "adelanta la migración para comer en nuestras costas", avanzando "entre 2 y 5 días por década".
AZTI inició precisamente este año un nuevo proyecto en el que se evaluará la salud de los stocks atlánticos de cara a futuro. Según Guillem Chust, en Mission Atlantic el centro tecnológico vasco "se va a centrar en evaluar la distribución de las especies".
Tras Chust, el siguiente en intervenir fue Michel Kaiser, miembro del grupo de expertos en pesca de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, en inglés), que puso sobre la mesa cómo la pesca puede "mitigar su contribución a la emergencia climática" a través de una reducción de su huella de carbono. Mejorar la eficiencia energética de los buques o cualquier otra que se aplique debe llevar siempre aparejado la máxima del Level Playing Field (es decir, las mismas reglas para todos), algo que según resumieron desde ARVI en las conclusiones "debería adoptarse para productos de Países terceros en modo de tasa de carbonización".
La directora del Intecmar, Covadonga Salgado, intervino como tercera ponente del día en el panel en el que se abordó el papel de la pesca en la mitigación del cambio climático. Tras un debate con miembros del sector (Daniel Voces, Iván López y Manuel Lira) y el subdirector de Acuerdos de la Secretería General de Pesca, Antonio Lizcano, la segunda jornada del evento organizado por ARVI con la colaboración de la Xunta y del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) fue clausurada por la conselleira de Mar, Rosa Quintana. En su intervención señaló que la erradicación de los residuos marinos "es uno de los mayores retos ambientales de la Administración gallega y también de la sociedad". Como muestra, destacó los proyectos enmarcados en el plan Mar Limpio y la campaña de concienciación Bye, bye plástico.
