La firma viguesa Marine Instruments pujará por participar en un proyecto millonario lanzado por el Gobierno de Nueva Zelanda y con el que se persigue expandir los sistemas de monitorización en cerca de 350 pesqueros. El plan del Gobierno, que prevé una inversión total de entre 40 y 60 millones de dólares neozelandeses (entre 22,6 y 33,8 millones de euros al cambio actual), sigue a un primer proyecto que se extendió a 20 barcos y cuya licitación se llevó hace más de un año la empresa asentada en el polígono de Porto do Molle. "La solvencia de nuestros equipos nos ha puesto en una buena posición, pero tendremos que volver a hacer nuestros deberes para este proyecto", explican fuentes de la firma. De conseguir hacerse con este proyecto, Marine Instruments alcanzará el millar de barcos monitorizados en todo el mundo.
La intención del país situado en el suroeste del océano Pacífico es la de "mejorar la reputación de Nueva Zelanda como productor de productos del mar de primera calidad, sostenibles y confiables". Tal y como anunció a principios de mes el ministro de Pesca, Stuart Nash, las cámaras a bordo y el resto del sistema de monitorización aumentará la información para gestionar las pesquerías y mejorará la "transparencia" que demandan tanto el mercado local como el internacional.
El plan es seguir la estela iniciada el año pasado, en el que Marine Instruments participó equipando sus sistemas en 20 pesqueros que faenan en una zona de riesgo para la supervivencia de los delfines Maui, en torno a la Isla del Norte. Aquella experiencia, a la que llegó tras vencer en una licitación junto a un socio local, esperan poder repetirla ahora en la siguiente fase del Gobierno neozelandés, que espera cubrir esos casi 350 barcos antes de 2025, que utilizan principalmente técnicas de pesca como el arrastre, palangre o cerco y que representan cerca del 85% de las capturas en aguas del país.
Así, en una primera fase se cubrirán 165 barcos que trabajan en áreas de alto riesgo para los hábitats de especies como los delfines Maui (también llamados delfines de Héctor), los albatros de las Antípodas y de Gibson, las pardelas negras (un ave) y los pingüinos de ojo amarillo. En un segundo tramo se instalarán los sistemas en otros tantos pesqueros cuya operativa también entraña riesgo para otras especies, pero es menor. En este caso son los lobos marinos, el delfín común, la pardela paticlara y el albatros de Salvin (o de frente blanca).
Nueva Zelanda, considerado como uno de los países que más apuestan por la conservación de los océanos y sus especies, quiere dar con esta medida un paso más. Algo que, en Marine Instruments, ven también como una oportunidad de situarse con "tarjeta de visita" inmejorable. "El país se convertiría en el que lidere el tema del monitoreo electrónico, dando pasos sólidos", recuerdan desde la firma.
De hacerse con esta licitación, el número de buques a nivel global cubiertos con la tecnología de la empresa situada en Nigrán alcanzaría el millar. Denominado comercialmente como MarineObserve, el producto está ya instalado en unos 750 barcos, estando el grueso en Canadá (de la mano de su alianza con Archipelago firmada hace tres años) y la costa el oeste de Estados Unidos.
La previsión es que el Gobierno de Nueva Zelanda corra con todos o buena parte de los gastos a modo de "incentivos para que al flota haga la transición". Una medida que se baraja entre las posibles para que el monitoreo electrónico a bordo llegue a la flota comunitaria. La propuesta, impulsada por la Agencia Europea de Control de la Pesca (EFCA, por sus siglas en inglés), todavía genera recelos en el sector.
Mientras, España también avanza por su parte en el mismo sentido. Pesca prevé comenzar su implantación en la flota de arrastre, con el objetivo de controlar los descartes pesqueros, tal y como publicó FARO el pasado febrero.
