Cruise Yacth Upper Holdco (Ritz-Carlton Yatch) ya tiene el control absoluto sobre el astillero vigués Hijos de J. Barreras. Al grupo norteamericano solo le faltaba el porcentaje de acciones en manos de Emenasa, la empresa del expresidente de la grada de Beiramar, José García Costas, lo que consiguió a través de un "acuerdo de transacción", según trascendió ayer.

García Costas ha sido el último en sumarse al acuerdo y aceptar que sea Ritz quien tome el control total del astillero. El empresario vigués, que se opuso durante meses a los planes de los americanos, también ha dimitido como miembro del consejo de administración de la atarazana. Formado hasta ahora por cinco personas, en principio Barreras no tiene previsto cubrir la vacante de Costas de modo que el Consejo se quedaría con cuatro miembros.

En el comunicado emitido por Ritz no se aclara la contraprestación económica a García Costas por esa transferencia del control sobre el 24,5% de sus acciones en Barreras, como tampoco transcendió la cifra que en su día recibieron Albacora y Pemex por un acuerdo similar.

Los nortemericanos se limitan a asegurar que tras el cierre "con éxito de la reestructuración de HJ Barreras en mayo de este año" ya hay un "equipo de gestión nuevo y experimentado en HJ Barreras para ayudar a garantizar la finalización en plazo del Evrima, el crucero inaugural de The Ritz-Carlton Yacht Collection, así como para desarrollar más contratos viables para el astillero".

El CEO de de Cruise Yacht , Douglas Prothero, expresa que su objetivo es "seguir trabajando y colaborando con las distintas administraciones gubernamentales y financieras, entre otros, mientras avanzamos en el diseño de un nuevo futuro para HJ Barreras y para los muchos proveedores gallegos que trabajan con el astillero".

Con el acuerdo con García Costas, Ritz Carlton cierra una operación iniciada el 13 de mayo cuando el plan de rescate de Hijos de J. Barreras, el mayor astillero de España, quedaba formalmente aprobado y la empresa estadounidense lograba amarrar los derechos políticos del 75,5% del capital: el que correspondía a la petrolera mexicana Pemex y la pesquera Albacora. Ayer cerró el último fleco: el 24,5% restante y en manos de García-Costas.

Ni entonces ni ahora trascendió lo que Ritz-Carlton ha pagado para controlar la atarazana de Vigo. El gigante azteca había reclamado 13,1 millones de euros para no solicitar el cierre definitivo de Barreras: 5,1 millones en concepto de capital social -mismo importe que habían desembolsado en 2014- y otros 8 millones por los avales desembolsados para fabricar el crucero.

Con este plan de rescate, se evitó el cierre de Barreras. El 2 de octubre del año pasado, la compañía se acogía a la figura del preconcurso ante la imposibilidad de hacer frente a sus gastos corrientes. Según desvelaría después su primer accionista, Pemex, arrastraba un patrimonio negativo por casi 50 millones de euros. Las negociaciones para la reestructuración fueron extremadamente complejas y derivaron en un controvertido y acrobático proceso mercantil de disolución suspendida, para ganar tiempo y no instar a la quiebra del mayor astillero privado de España. Pero Barreras no entró en liquidación ni, por los pelos, en concurso (quiebra).

Uno de los últimos frentes abiertos en Barreras ha sido la decisión de la noruega Havila Kystrutenha de activar ya el litigio en Reino Unido (en la High Court of Justice of England and Wales) para recuperar los 36,8 millones de euros que abonó al astillero vigués por el contrato, cancelado finalmente el pasado mes de febrero, para construir dos buques, el Pollux y el Polaris.