La pandemia del Covid-19 ha dilatado plazos e hitos en la industria gallega de construcción naval, que no obstante ha logrado mantener el pulso con niveles plenos de actividad. Este miércoles dos de los principales astilleros de Galicia han celebrado sendas botaduras, en ambos casos de pesqueros de última generación. Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard) y Nodosa Shipyard pusieron a flote los buques Monteraiola y Montelourido, respectivamente, para las armadoras Calvo y Rampesca.

El segundo es un arrastrero congelador especializado en la captura del calamar para el caladero de las Islas Malvinas (Falkland Islands). Es el segundo encargo de la viguesa Rampesca al mismo astillero de Marín, artífice del Monteferro Las variaciones de esta nueva unidad respecto a la anterior radican en las capacidades de congelación y bodega, así como de potencia del motor, las cuales se han incrementado considerablemente. El nuevo buque pertenecerá a la sociedad Ferralemes LTD, formada por las empresas Rampesca y la malvina RBC. El propietario de esta última, Tom Blake, es el armador del palangrero CFL Hunter, construido también por Nodosa y entregado en 2017.

El primero (Monteraiola) es un atunero congelador de 77 metros de eslora, con 18 cubas y unos 1.500 metros cúbicos de capacidad de congelación. Es el segundo barco de estas características construido en la Ría de Vigo desde el año 2015, cuando Armón Vigo entregó el Duque, de 79 metros de eslora, para la armadora mexicana Hersea (Grupo Herdez).

Foto: Javier JAC