A Francisco le cambió el tono de la voz. Si no hay sorpresas, el restaurante en el que trabaja en Sanxenxo abre de nuevo sus puertas el próximo fin de semana. "¡A ver si la gente se anima!", comenta, sin esconder el alivio por la vuelta a la nueva rutina enturbiada por las medidas de contención frente al coronavirus. Nada, claro, será igual. Pero la alternativa le parece muchísimo peor. "Paseabas por aquí -cuenta- y todo estaba muerto". Detrás del ánimo de Francisco está también el bolsillo. Como suele pasar en tiempos de confusión y entre personas que piensan que los medios tienen todas las respuestas, hace unos días llamó a FARO para preguntar por la tramitación de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Ni él ni los otros tres empleados del negocio paralizado desde marzo habían cobrado la prestación. "Justo después de llamaros recibimos el dinero", contaba ayer. Como Francisco, el cobro se hizo esperar para buena parte de los más de 230.000 afectados por los ajustes en Galicia, algunos cientos todavía pendientes, según las estimaciones de los sindicatos.
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¿Cuántos son exactamente? Hasta el jueves eran unas 68.000 prestaciones en toda España, según el Ministerio de Trabajo, que reconoce que faltan un 2% de los pagos por ejecutar tras 3,4 millones de transferencias ya formalizadas. El director general del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) asegura en un comunicado que el organismo ha recuperado "la normalidad" en el "ritmo de reconocimiento". No quedan prestaciones en el aire "más allá de las que estamos subsanando por errores detectados en sus datos", en referencia a los números de identificación de los empleados u "otros datos similares" y las que han entrado diariamente nuevas", según Gerardo Gutiérrez Ardoy. Ante la congestión de los mails ordinarios y la atención telefónica, se ha habilitado un nuevo correo (miprestacion2020@sepe.es. Los Colegios de Gestores Administrativos responsabilizan casi exclusivamente al SEPE del retraso y elevan las prestaciones sin abonar a más de 900.000.
La Consellería de Economía, Emprego e Industria dejó de remitir su actualización diaria con los ERTE y los trabajadores involucrados desde el pasado lunes. Eran hasta ese momento 36.307 expedientes y casi 240.000 empleados, aunque en estos dos meses y medio desde la flexibilización del proceso para contener la sangría del mercado laboral y asegurar ingresos a las familias nunca se aclaró cuántos fueron denegados, ni tampoco si los números acumulan duplicidades por las empresas y los trabajadores que hayan pasado por más de un ERTE a medida que fueron renovándose los periodos de emergencia sanitaria. Sí detalló la Xunta -que amplió de 5 a 10 los días de plazo previstos inicialmente para sacar adelante los ERTE- el estado de las tramitaciones. Hasta el lunes iba el 98,5%, idéntico porcentaje al que señala el Ministerio de Trabajo en el desembolso.
"La Xunta fue mera transmisora de los ERTE", explica Paco Carrera, de CC OO en Vigo, que aplaude los esfuerzos de la administración autonómica y la central para acelerar la revisión de los expedientes y, por tanto, el cobro. "He visto declaraciones y notas de prensa muy incendiarias sobre la tramitación y siempre digo lo mismo: no es el SEPE el que hace el ERTE, son las empresas", destaca Carrera, que, por lo visto en todas estas semanas, "la mayoría de las peticiones iban con fallos". "Es cierto también que luego el SEPE se convirtió en un cuello de botella y era difícil que cogieran el teléfono, pero hay que tener en cuenta la situación general y, como en otras administraciones, las dificultades para reforzar la plantilla y formarles, algo que no se hace en un día", recuerda. "Si PSA cometió fallos, ¿cómo no iba a suceder lo mismo en negocios pequeños?", cuestiona.
Se necesitaron tres reuniones con el SEPE para que el gigante automovilístico con factoría en Vigo empezase a atajar los problemas de su solicitud, donde, por ejemplo, había trabajadores que no tenían que estar incluidos y que llegaron a recibir prestación. ¿Cuáles son los fallos más habituales? "Se han puesto mal las fechas del ERTE, el periodo de duración, documentos en los que no se veían bien los DNI, ficheros no adaptados a la aplicación de la notificación...", enumera Paco Carrera. "Al igual que al SEPE, muchas veces a los departamentos de Recursos Humanos de las empresas se tratan como los patitos feos -añade- y es evidente que no lo son".
Noli Núñez: "Tengo compañeros que no han podido pagar ya la cuota mensual de la hipoteca"
En la reunión del comité de seguridad y salud por videoconferencia el pasado 11 de mayo los sindicatos alertaron a Vitrasa que la mayoría de los 280 conductores afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERTE) activado el 16 de marzo no habían cobrado aún. "La empresa se sorprendió", cuenta Noli Núñez, uno de esos empleados que a día de hoy no sabe nada de su prestación. "En mi caso, la suerte es que mi mujer tiene un trabajo estable y su nómina está garantizada -relata-, pero algún compañero ya me ha dicho que no ha podido pagar la mensualidad de la hipoteca".
Casi dos meses después de aplicárseles la reducción de jornada y, por tanto, de salario, "imagínate cómo están las cosas". "Yo entiendo que nadie estaba preparado para lo que sucedió, pero tienen que buscar una solución -se queja-. Hay familias con hijos que, de repente, se han quedado sin 600 o 700 euros". Vitrasa ha pedido a la parte de la plantilla inmersa en el ajuste -todos, excepto administración y talleres- que se apunten en una lista. "La gente está cabreada", admite Noli Núñez. Tampoco tienen muy claro cómo está la tramitación para así poder beneficiarse del anticipo a través de las entidades financieras "porque los bancos trabajan sobre seguro"; ni los motivos por los que la propia compañía no optó por el artículo 29 del convenio que permite adelantar el dinero a los trabajadores. Con recorte también de pagas extra y vacaciones, el comité tiene denunciado el ERTE por fuerza mayor tanto en la Xunta como en el juzado. "No hubo posibilidad de negociar nada", apunta.
La "nueva normalidad" tardará bastante más en llegar al puesto de Blanca Riveiro en la cafetería del aeropuerto vigués de Peinador. "Me han dicho que aterriza un vuelo por semana con 60 personas", señala. Hasta que las restricciones a la movilidad se alivien y las comunidades dejen de tener otra vez fronteras por culpa del coronavirus, ve pocas opciones de volver. "Dependemos de AENA -recuerda-. Las estimaciones que se barajan son para finales de junio o principios de julio".
De las 20 personas que integran la plantilla de la concesionaria, solo ella cobró ya la prestación del ERTE. "Nadie, ningún otro compañero la recibió -asegura-. Nos resulta muy sorprendente. Si fuéramos tres, ocho, pero únicamente yo...". Lo achaca a "una sucesión de errores". Y así, "desde marzo". No sabemos exactamente qué ha pasado, vas atando cabos, pero nada en concreto -explica-. Hubo errores con los números de las cuentas bancarias, por ejemplo. Algunos eran códigos antiguos de bancos o cajas que luego se fusionaron y que se perdieron por el camino".
La otra nómina que entra en casa, la de su marido, permite "ir aguantando" en la familia de Blanca. "Pero tengo compañeros que lo están pasando mal y su enfado aumenta conforme van pasando los días", revela. Por si hubiera pocas complicaciones, los que decidieron pedir a la empresa que gestionara el adelanto a través de la Xunta con las entidades financieras "se encontraron con realidades distintas según los bancos". "Dos cobraron al día siguiente y a otros dos les empezaron a pedir papeles y tuvieron que esperar al mes siguiente", critica. "Gracias a la mediación sindical, la empresa accedió a adelantar nóminas de los trabajadores con mayores dificultades por falta de ingresos -añade- y que no estaban en las entidades bancarias adheridas al acuerdo de adelantos con la Xunta".
Blanca Riveiro: "Hay realidades distintas según los bancos con los adelantos"
La "nueva normalidad" tardará bastante más en llegar al puesto de Blanca Riveiro en la cafetería del aeropuerto vigués de Peinador. "Me han dicho que aterriza un vuelo por semana con 60 personas", señala. Hasta que las restricciones a la movilidad se alivien y las comunidades dejen de tener otra vez fronteras por culpa del coronavirus, ve pocas opciones de volver. "Dependemos de AENA -recuerda-. Las estimaciones que se barajan son para finales de junio o principios de julio".
De las 20 personas que integran la plantilla de la concesionaria, solo ella cobró ya la prestación del ERTE. "Nadie, ningún otro compañero la recibió -asegura-. Nos resulta muy sorprendente. Si fuéramos tres, ocho, pero únicamente yo...". Lo achaca a "una sucesión de errores". Y así, "desde marzo". No sabemos exactamente qué ha pasado, vas atando cabos, pero nada en concreto -explica-. Hubo errores con los números de las cuentas bancarias, por ejemplo. Algunos eran códigos antiguos de bancos o cajas que luego se fusionaron y que se perdieron por el camino".
La otra nómina que entra en casa, la de su marido, permite "ir aguantando" en la familia de Blanca. "Pero tengo compañeros que lo están pasando mal y su enfado aumenta conforme van pasando los días", revela. Por si hubiera pocas complicaciones, los que decidieron pedir a la empresa que gestionara el adelanto a través de la Xunta con las entidades financieras "se encontraron con realidades distintas según los bancos". "Dos cobraron al día siguiente y a otros dos les empezaron a pedir papeles y tuvieron que esperar al mes siguiente", critica. "Gracias a la mediación sindical, la empresa accedió a adelantar nóminas de los trabajadores con mayores dificultades por falta de ingresos -añade- y que no estaban en las entidades bancarias adheridas al acuerdo de adelantos con la Xunta".
