Con la refinanciación de la deuda en mente y la adaptación a los disruptivos cambios en los modelos de consumo, El Corte Inglés impulsó una histórica operación de desinversiones para los activos menos productivos que revolucionó el mercado inmobiliario. Solo uno de los cuatro centros que el grupo de grandes almacenes tiene en Galicia colgó el cartel de "se vende". El establecimiento ubicado en el centro comercial coruñés de Marineda registró pérdidas operativas de tres millones de euros en 2018, muy lejos de la rentabilidad del resto, sobre todo del de Vigo, con 9,6 millones de beneficios antes de intereses e impuestos. Pero el fracaso del plan de adelgazamiento ha hecho que la compañía presidida por Marta Álvarez se haya replanteado qué hacer con él.

"No hay ninguna decisión tomada en este momento", sostienen fuentes de El Corte Inglés, tras la publicación ayer de El Confidencial de un documento interno en el que se daba por segura la venta del centro coruñés entre la veintena que podrían echar el cierre o transformarse. Es, según insisten las mismas fuentes a FARO, un informe "obsoleto". "Todos los centros tienen Ebitda positivo y la compañía en plena transformación -añaden-. Hace poco se decidió cambiar la actividad en uno en Madrid, por ejemplo, dedicado al segmento del lujo".