Nunca dejó de estar bajo escrutinio, pero finalizado el impasse de las Navidades los focos vuelven a alumbrar con fuerza sobre el devenir de Hijos de J. Barreras. Tras el preacuerdo por la cesión de derechos políticos y los avances sustanciales para la financiación del crucero Evrima, que el astillero disipe todo riesgo de concurso depende ahora de la cristalización de ambos pactos (el día 13 celebra junta de accionistas). La compañía ya ingresó 30 millones de euros para allanar la vuelta a la actividad, no disponibles de momento. La industria auxiliar se reunió la pasada semana con el representante legal de Barreras, Carlos Pérez Bouzada, pero confía en conocer esta semana los planes concretos de la naviera Cruise Yacht Upper Holdco para volver al trabajo. Habían quedado encomendados para "después de Reyes", cuando quedan escasas tres semanas para que se agote el periodo preconcursal. "Esperamos tener noticias en firme".
En el encuentro del viernes el astillero no les manifestó que la intención de Ritz-Carlton Yacht Collection (marca comercial de la armadora) pase por aplicar quitas sobre la deuda ya contraída o los trabajos pendientes en el barco, como sí temen distintos empresarios de subcontratas. El acuerdo financiero con la banca pasa por elevar el importe del contrato en hasta 70 millones de euros, para asumir la desviación del coste del buque. "Entendemos que esa solución incluye el abono de las facturas pendientes", exponen las auxiliares, que no han despejado sus dudas acerca de las deudas derivadas del proyecto Havila. Esta semana también, de acuerdo a otras fuentes, se prevé que se celebre un encuentro entre Barreras y esta naviera noruega a fin de determinar un arreglo final sobre este doble pedido. El contrato fue cancelado por el astillero el pasado noviembre, a lo que Havila respondió con la ejecución de las garantías de reembolso. Las diferencias, de no solventarse, se dirimirán en la Corte de Londres.
