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Galician Marine irrumpe en el negocio del rodaballo apoyada por los dueños de la planta de Mira

La firma amplía capital en 1,9 millones para diversificar sus cultivos y da entrada como socio a Acuinova, antigua filial de Pescanova

Una de las zonas de cría de abalón de la planta de GMA en Muros. // FDV

Ya con la elección del nombre, Galician Marine Aquaculture (GMA), los fundadores de la compañía de cultivo de abalón, un exclusivo marisco de la familia de los moluscos conocido como oreja de mar por su parecido con la oreja humana, dejaron claras sus intenciones de romper fronteras, pensando sobre todo en el tirón del producto en el mercado asiático. Nacida en 2003 a partir de una spin-off de la Universidad de Santiago de Compostela, el proyecto despegó definitivamente con la puesta en marcha de su granja en el lugar de A Piela, en el concello coruñés de Muros, en 2012. No ha sido un camino fácil. La planta se abrió camino en un momento de parálisis en el sector de la acuicultura en la comunidad, con la presencia de fallecida Rosalía Mera en su accionariado hasta el momento de la construcción. El nuevo cambio en el corazón de GMA llega ahora. La compañía acaba de completar una ampliación de capital de 1,95 millones de euros en la que ha participado Acuinova Actividades Piscícolas, la vieja sociedad de Pescanova para su factoría de rodaballo en Mira (Portugal), en manos del fondo inversor Oxy Capital.

La operación responde a la estrategia de GMA de "reorientar" su negocio, como avanza a FARO su presidente y consejero delegado, Luis González Ferrera. Aprovechando el tirón de la especie -su precio de venta se disparó un 22,2%, hasta los 10,44 euros por kilo en 2018, según la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar)-, los responsables de la factoría de Muros van a introducir la cría de alevines de rodaballo "complementarios al cultivo de abalón". El 99% de la producción de rodaballo se concentra en Galicia, que sumará ahora un nuevo centro de referencia, junto a los de Nueva Pescanova en Xove y Oia y los de la filial de la noruega Stolt Sea Farm en la comunidad, con seis granjas, también para lenguado, en Muxía, Carnota, Ribeira y Camariñas.

"La ampliación de capital fue necesaria para desarrollar las inversiones de acondicionamiento de un criadero de rodaballo y mantener actuaciones de I+D en el cultivo de abalón que permitan su viabilidad desde un punto de vista técnico, económico y financiero", señala el máximo responsable de la empresa. Los dos grandes socios de GMA se mantienen. Son Inveracum, con sede en Vigo, controlada por el propio González Ferrera, que pasa del 44,04% al 53,27% del capital; y Profand, que aglutina el 24%. A ellos se añade ahora Acuinova, que reúne el 22,73% de los títulos.

Un "exPescanova"

El movimiento del capital ha supuesto un cambio también en los sillones del consejo, del que sale una de las dos sociedades con las que Profand estaba presente. Su lugar lo ocupa la antigua filial del paraguas de Pescanova, ahora gestionada por Oxy Capital, a través de la firma Ondas e Versos, que adquirió Mira a la banca acreedora portuguesa durante la reestructuración de la Vieja Pescanova. Precisamente uno de los consejeros que tuvo la multinacional pesquera con sede en Chapela, César Real Rodríguez, entra como consejero independiente de Galician Marine Aquaculture.

Antes, el pasado 13 de junio, la compañía de cría de abalón acometió una operación acordeón con la reducción de todo su capital, 5,1 millones de euros, y la ampliación posterior en 250.000 euros. La cifra de negocio de GMA alcanzó los 190.442 euros en 2018, con más de 3 millones de pérdidas.

Xesgalicia, la sociedad de capital riesgo de la Xunta, dejó también este año el consejo de administración, aunque mantiene préstamos participativos por valor de un millón de euros con la compañía a través del fondo Galicia Compite.

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