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José Manuel Fernández Alvariño: "La CEG urge de la generosidad que un día tuve yo al marcharme"

"Tengo que agradecer que mis hijos me hayan acompañado. Nuestro grupo familiar guarda todo de la figura de mi padre"

José Manuel Fernández Alvariño. // R. Grobas

A Fernández Alvariño se le empaña la vista cuando recuerda la figura de su padre, Salvador Fernández Troncoso. Por y para él reunirá mañana a un buen puñado de "amigos", a fin de poner en valor su legado como impulso de Grupo Alvariño.

- ¿Cómo quiere que sea la celebración del 75 aniversario?

- Será un reconocimiento a la figura de mi padre y de agradecimiento a la gente que me acompaña. Le mandaré un mensaje a mis hijos, a mis directivos y a la sociedad, porque que este grupito quiere permanecer y crecer en Galicia.

- ¿Va a echar a alguien en falta en la celebración?

- No, a nadie.

- ¿Qué queda de Salvador Fernández Troncoso en Grupo Alvariño?

- Todo, toda la esencia, entrega, libertad que nos dio, generosidad? Mi padre, cuando le hablaba de proyectos de futuro, no se asustaba. Con la fotovoltaica, por ejemplo, lo convencí y me permitió diversificar el grupo. Los dos primeros parques que se hicieron en Galicia fueron los nuestros. Esa mentalidad abierta también fue fundamental para crear el Club Financiero, que costó más y llevó más tiempo de lo que estimamos. Pero demostró que era un buen proyecto y que Vigo supo crear un lobby de influencia. Hoy está súper reconocido, es un activo importante.

- ¿Cree que la figura de su padre está lo suficientemente reconocida o es conocida a nivel gallego?

- Yo creo que sí. Era un hombre muy parco, no le gustaba salir en los medios. Se enorgullecía de dos condecoraciones: la de Vigués Distinguido, y eso que él era de Ponteareas, y la Medalla de Plata de la Xunta. Fueron las puntas de lanza de su significación social. Amaba Vigo y Galicia profundamente.

- Su grupo es paradigmático de empresa familiar galega. ¿Hay relevo generacional?

- Tengo que agradecer que mis hijos me hayan acompañado. Tuvieron la gran suerte de estudiar en Estados Unidos y Alemania, y se pudieron haber quedado allí o elegir otra opción. Pero los tres, en mayor o menor medida, han querido apostar por la empresa familiar. A partir de ahí, el mensaje del abuelo, del que me he apropiado: reinversión, reinversión. Vivir bien, la empresa tiene que permitirte vivir bien, pero has de reinvertir y capitalizar, porque a la mínima crisis te puede tumbar. Grupo Alvariño ha pasado tres profundas. En una de ellas recuerdo que me llamó mi madre y me preguntó: "¿Va bien la empresa?" "Sí, mamá, ¿por qué?", le contesté. "Porque tu padre no duerme".

- La expansión inicial del grupo se vehiculó a través de la venta de vehículos. Pero el negocio ha cambiado de forma disruptiva. ¿Es rentable?

- En su día, cuando negocié con el comisario Monti, me dijo que la distribución iba a cambiar. En Europa los concesionarios tenían pequeñas instalaciones, pero en España eran enormes. Si cualquiera puede vender un coche desde un cuchitril, ¿qué hago yo con mis 20.000 metros cuadrados? Fue cuando empezamos a ver la posibilidad de crecer con otro grupo, los Caetano, pero con la idea clara que ir rebajando el peso de la automoción en el grupo. Ahora estamos creciendo con las TIC y la fotovoltaica.

- ¿Qué capacidad instalada tienen a día de hoy en renovables?

- En Galicia, hasta cuatro megawatios, sobre todo en el segmento agroindustrial. Y tenemos un proyecto de un gran parque de 125 megas, para el que ya tengo apoyo financiero. Queremos lanzarlo el año que viene.

- ¿Cómo ve la situación de Hijos de J. Barreras?

- Es un astillero que hace años estaba quebrado y ahora tiene una carga de trabajo de más de 900 millones de euros. Hay un conflicto aparentemente societario, pero hay un socio que no es empresario. Para mí ese es el gran problema. Si hubiera enfrente otro empresario seguro que estaba arreglado. Galicia no puede perder la gestión de Barreras.

- En la CEG dio un paso al lado, pero buena parte de la estructura no ha cambiado. ¿Todavía está en disposición de recuperar el peso que un día tuvo?

- Necesita de la generosidad que yo en su día tuve al marcharme. Por encima de los nombres están las instituciones. Si entonces yo entendí que el nudo gordiano era Fernández Alvariño, convoqué elecciones para solventar el problema, que decían que era yo. Generosidad y fuera personalismos, y tratar de convencer al empresariado de la importancia de la CEG. No se genera credibilidad con falsos protagonismos. Yo quise instaurar una limitación de mandatos, y no me dejaron. Tienen que encontrar una solución.

- Distintas entidades empresariales han abogado por un acuerdo de legislatura urgente, pero no el que se está negociando a día de hoy. ¿Por qué temen un pacto PSOE-Podemos? ¿Cree que el PP debería facilitar una investidura, como defiende Feijóo?

- El PSOE tiene historia y saber hacer para no necesitar a otra gente, que no catalogo. Tiene una gran experiencia, es un gran partido. Un poco de sentido común, vamos a buscar tres o cuatro puntos de encuentro para hablar de los asuntos más capitales, y no entregarnos a un mix de siglas. Yo apelaría, como simple ciudadano, a la valía del Partido Socialista, y que trate de llegar a acuerdos con los que tienes en común algo capital, como es la Constitución.

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