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La nueva oleada de reestructuraciones en el sector financiero español

Santander plantea en Galicia uno de sus mayores ajustes, con 271 bajas y 135 cierres

-Se compromete a buscar una alternativa laboral a todos los que se ofrezcan voluntarios -Los sindicatos apuestan por reducir los afectados y por prejubilaciones a partir de 55 años

Santander plantea en Galicia uno de sus mayores ajustes, con 271 bajas y 135 cierres

Por muy esperado que fuese el duro impacto del ajuste del Santander en Galicia, los números, una vez conocidos, no dejan de dar vértigo. Tanto, que las dos partes de la negociación se apuraron ayer a recordar que esto no ha hecho nada más que comenzar. Que se trata de una postura de salida, "de máximos", como suele ocurrir en los primeros compases de la apertura formal de la discusión de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). En la comunidad se inició la integración tecnológica del Popular-Pastor por las mayores dificultades que entrañaba dejar en solo una las tres plataformas diferentes que convivían aquí. Y es en Galicia donde también se vivirá uno de los recortes más fuertes por esa razón, por la elevada redundancia de las redes. La cúpula del primer grupo financiero español propone el cierre o la transformación en oficinas de agentes para 135 sucursales propias -de las 1.150 que pretende clausurar en toda la geografía española- y la salida de 271 empleados, con el compromiso de buscar una alternativa al 100% de los que quieran apuntarse al programa de recolocación que llevará a cabo con la firma Lee Hecht Harrison, del Grupo Adecco.

Este planteamiento de arranque implicaría la baja de algo más del 14% de la plantilla que el grupo Santander suma en estos momentos con los incorporados del Popular y el Pastor en Galicia (1.916) y el 7,3% del recorte laboral que el grupo quiere acometer en toda España (3.717). Los ceses serán, en principio, voluntarios, aunque los sindicatos aseguran que el banco se reserva la posibilidad de aceptar o no la petición "en función de sus necesidades". En caso de no alcanzar el número previsto con una adscripción voluntaria, la selección de los candidatos para dejar el grupo se hará a partir de los resultados de la evaluación anual interna -que acaba de concluir- o por "una menor polivalencia funcional" ante las labores que tendrá que desempeñar, pensando, sobre todo, en la cada vez mayor digitalización y el nuevo modelo financiero de atención especializada.

El tijeretazo afecta a casi un tercio de la red actual. Es decir, a una de cada tres oficinas. De esas 135 en Galicia que Santander quiere sacar de su paraguas, 64 están en la provincia de A Coruña; 37 en la de Pontevedra; 19 en Lugo; y 15 en Ourense. La intención del banco es que 93 echen el cierre y otras 42 sigan adelante, pero como sucursales gestionadas por agentes independientes, según los participantes negociación, que insisten en que, pese "al evidente contexto del estrechamiento de los márgenes del negocio y la transformación digital", la principal razón de la reestructuración es "la duplicidad de oficinas" con la compra del Popular-Pastor en junio de 2017 tras su intervención. La fórmula de la recolocación ya se puso en marcha en el ERE de 2016, con un 100% de recolocados, según señalan fuentes cercanas al Santander; y del 73% de momento en el ajuste en servicios centrales de 2018.

"La prioridad son las personas y defender los mayores niveles de empleo posible", aseguran en CCOO. "Más allá de los que sean, el banco tiene margen de sobra para realizar el ajuste con medidas vegetativas", reclama Beatriz Meilán, responsable de la sección sindical del sector financiero en UGT en Galicia y delegada en Santander, en referencia a posibles prejubilaciones a partir de 55 años.

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